Los tiempos de Dios no son los mismos que los nuestros, son tiempos en donde el reloj no existe…
Los tiempos de Dios no los conocemos, pero para seguirlos hay que esperar con Fe.
Tener siempre presente en mi mente y corazón que El lo quiere así, y que todo al final, si es de Dios, estará bien, todo será reconocido como algo bueno…
“Es tan inmenso el mar pero yo voy con Vos, no temo navegar si está mi Dios”