Evangelio según San Mateo 6, 7-15

lunes, 6 de marzo de
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Jesús dijo a sus discípulos: Cuando oren, no hablen mucho, como hacen los paganos: ellos creen que por mucho hablar serán escuchados. No hagan como ellos, porque el Padre que está en el cielo sabe bien qué es lo que les hace falta, antes de que se lo pidan.

 

Ustedes oren de esta manera: Padre nuestro, que estás en el cielo, santificado sea tu Nombre, que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo.

 

Danos hoy nuestro pan de cada día. Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, sino líbranos del mal.

 

Si perdonan sus faltas a los demás, el Padre que está en el cielo también los perdonará a ustedes. Pero si no perdonan a los demás, tampoco el Padre los perdonará a ustedes.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 


 P. Raúl Gomez sacerdote de la Diócesis de Mendoza

 

 

 

 

 

 

En este día, el evangelio de Mateo, nos invita a descubrir, así como Jesús se dirigió a sus discípulos, el modo de orar y cuál era la oración más importante. Jesús comienza este Evangelio haciendo una recomendación a sus discípulos: “Cuando oren no hablen mucho como hacen los paganos, ellos creen que por mucho hablar serán escuchados; no hagan como ellos”, dice Jesús. “Cuando ustedes oren digan: Padre nuestro, que estás en el cielo…”

Esta es la oración por excelencia, Jesús nos invita a descubrir la importancia de la oración, este Abba, un diminutivo que tiene que ver con un modo cercano, tierno de dirigirse al Padre: mi Padre muy querido, que estás en el cielo, que estás en la tierra, que estás en todoslos lugares; que venga tu Reino, tu Reino de paz, de justicia, de amor, de solidaridad, tu Reino de alegría. Que se haga tu voluntad en la tierra como en el cielo, sí, Señor, necesitamos que tu voluntad se haga presente en cada uno de nuestros corazones, en cada rincón de la tierra, también en el cielo.

 

Danos nuestro pan de cada día, no sólo el pan material, Señor, sino también el pan espiritual, ese pan que da vida, ese pan que nos plenifica, ese pan que calma nuestra hambre y sed de justicia. Perdona nuestras ofensas, sí Padre, somos pecadores, somos limitados, pero necesitamos de tu perdón, y así prenderemos perdonar las ofensas de nuestros hermanos, a aquellos que nos han ofendido. No nos dejes caer en la tentación, vamos a ser tentados siempre, hasta el último suspiro de nuestras vidas, pero no nos dejes caer, Señor, Tú nos otorgas la gracia para poder vencer las tentaciones del enemigo. Y líbranos del mal, Señor, líbranos del mal que muchas veces nos esclaviza y no nos deja seguir Tu voluntad, Señor.

 

Queridos hermanos, pidamosle al Señor que cada vez que elevemos esta oración al cielo, así como Jesús enseñó a sus discípulos, y hoy nos la recuerda a nosotros, que podamos decir siempre Abba, mi Padre muy querido. Que tengas un bendecido día y que Jesús sea tu luz y tu guía.

 

Radio Maria Argentina