Romper

martes, 7 de marzo de

Por lo general hablar de romper, implica para muchos renunciar, perder  pero en el lenguaje de liberación, romper significa desacomodarse, asumir cambios que lleven a la transformación… Es necesario romper la cadena de odios y resentimientos que suele pasar de corazón a corazón, cuando se acomoda en el tiempo y no se le da permiso de entrar y actuar al perdón.

 

Es de valientes romper estructuras que solo son apariencias que muestran conveniencias pero que en realidad no inspiran seguridad ni convicción; no hay que desanimarse ante la ruptura, el Amigazo aún entre escombros actúa, es ahí donde más se inspira y recrea, haciendo uso de su perfección, rompiendo todo aquello que impide una auténtica liberación. Hay que atreverse a romper todo aquello que nos impide avanzar y crecer; la rutina y la monotonía que suele ensombrecer cada día, el miedo y la decepción que le roban la esperanza e ilusión al corazón; los recuerdos de un pasado que estancan e impiden dar nuevos pasos; los apegos y la moda, las normas que se inventa la sociedad para amarrarte en su consumismo y superficialidad.

 

Urge romper aquello que amarra a lo que ya no existe o no es, el amor que ha marchitado, las culpas que te han atormentado, los rótulos que otros te han colocado, las máscaras que creas para ser aceptado, los lentes de pesimismo que usas y hacen que todo te asusta; los conceptos de ti mismo que se roban tu autoestima y optimismo. Es más que necesario romper el silencio cuando quiere hacerse eterno y causar distanciamiento entre dos; es de nobles el que alguno se decida a romper y terminar con una discusión, que entre gritos y ofensas no soluciona nada, solo dolor y destrucción.

Hay rompimientos que liberan porque romper siempre conlleva a una reparación, en ese proceso se hace siempre presente la mano poderosa de Dios y su amor Redentor… El águila, se rompe y arranca con el pico su plumaje para que le nazca uno mejor, y aunque todo ello signifique experimentar dolor, ya ha entendido que el dolor cuando es asumido desde por y para el amor, no deforma, sino que transforma el corazón que se quebrantó…

 

Pero el rompimiento es un proceso mucho más difícil que el atar, porque acomodarse no requiere esfuerzo, ni desprendimientos, simplemente sobrevivir cada día con lo que le trae como todos los demás. Romper implica dolor, llorar, sangrar, quebrantar… y luego cuando se colocan los pedazos en las manos de Cristo Redentor; surge el hermoso milagro que solo provoca el amor, el de la sanación, reparación y liberación… 

Tal vez hay quienes piensan que es imposible que se logren dar esos rompimientos porque están amarrados a tradiciones, otras fuerzas, costumbres y atados en el tiempo; pero nada es imposible para quien no permite que le rompan y debiliten su Fe en Aquel que al entregar su Vida por amor, supo romper con todo aquello que quiso atarnos, alejarnos de El y hacernos desfallecer…

Y vos, ¿qué sentis necesario romper? 

 

Kary Rojas 

 

 

Oleada Joven