Ayúdame a hacer silencio Señor,
quiero escuchar tu voz.
Toma mi mano, guíame al desierto,
que nos encontremos a solas,
tú y yo.
Necesito contemplar tu rostro,
me hace falta la calidez de tu voz,
caminar juntos, callar para que hables tú.
Me pongo en tus manos, quiero revisar mi vida,
descubrir en qué tengo que cambiar,
afianzar lo que anda bien,
sorprenderme con lo nuevo que me pides.
Ayúdame a dejar a un lado las prisas,
las preocupaciones que llenan mi cabeza,
barre mis dudas e inseguridades,
ayúdame a archivar mis respuestas hechas,
quiero compartir mi vida y revisarla a tu lado.
Ver dónde “aprieta el zapato” para apurar el cambio.
Fuente: 10ejemplos.com