Brian Welch, guitarrista de una banda Korn con la cual habian llegado a vender 60 millones de discos , tiene una muy fuerte historia de conversión, a tal punto que llegó a bautizarse a orillas del río Jordán.
Junto al grupo Korn no solo vendió millones de discos sino que también fue parte de la premiación de dos Grammy. Parte de esta vida llena de “éxitos” incluían las drogas, el sexo desenfrenado, la violencia, temáticas que se reflejaban en las letras de sus canciones. Todo esto, incluyendo el dinero y la fama no llenaban el corazón de Brian, todo lo contrario, el vacío y el hueco en el alma eran enormes.
“Era una estrella del rock pero estaba muerto por dentro”. Así resume Brian Welch lo que fue su vida desde 1993. Welch era el guitarrista y uno de los miembros fundadores de la banda.
Criado en un hogar cristiano, tuvo una infancia tranquila; sin embargo, su timidez le provocó muchos problemas en su adolescencia y juventud. En el mundo de la música, su banda se convirtió en un refugio seguro frente al rechazo y la marginación.
Brian vió que su sueño desde niño se hizo realidad: fama, dinero y viajes aunque esto significó entrar en una profunda tristeza. A pesar de que la fama del grupo aumentaba junto al número de giras, su vida personal se demoronaba, su esposa lo abandonó yal poco tiempo murió de una sobredosis. Él se quedó con la hija de ambos, de muy corta edad. Aún así no lograba dejar ese mundo de drogas, alcohol y descontrol.
”Era como vivir en el infierno. Solo quería dormir y nunca despertar. Quería morir” contó un Brian que en esa época consumía cocaína, speed, matanfetaminas y mucho alcohol.
La adicción a las drogas se hizo más y más fuerte hasta el punto de llegar a consumirlas delante de su propia hija: “Adoraba la fama, el dinero, el éxito, adoraba esas cosas de las cuales pensaba que constaba la vida”.
Hasta que un día, en una de sus giras, vio a su pequeña, con apenas 5 años, cantando una de las canciones del grupo cuya letra dice “sueño con el sexo todo el día”. En ese momento entendió que esa forma de vida no era la adecuada para él ni para su hija.
Su manager un día lejo “No sé como decirtelo, Siento que esto es para tí” y le acercó un versículo de la biblia que está en Mateo 11:28 (“venid a mí los cansados y agobiados, y yo os aliviaré”). Unas semanas más tarde, ese amigo le invitó a una iglesia protestante. Welch afirma que ahí mismo, aceptó a Cristo en su vida. “Sentí que me decía “no te condeno” y sentí su gran amor”. Al día siguiente tiró toda la droga que encontró en su casa y le dijo a su hija que estaría con ella siempre.
“Dios entró en mi corazón y me dio el don de entender que todo está hecho por Él y para Él” es lo que Brian Welch dice en cada entrevista que concede.