Evangelio según San Juan 8,21-30

martes, 4 de abril de
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Jesús dijo a los fariseos: “Yo me voy, y ustedes me buscarán y morirán en su pecado. Adonde yo voy, ustedes no pueden ir”. Los judíos se preguntaban: “¿Pensará matarse para decir: ‘Adonde yo voy, ustedes no pueden ir’?”. Jesús continuó: “Ustedes son de aquí abajo, yo soy de lo alto. Ustedes son de este mundo, yo no soy de este mundo.

 

Por eso les he dicho: ‘Ustedes morirán en sus pecados’. Porque si no creen que Yo Soy, morirán en sus pecados”. Los judíos le preguntaron: “¿Quién eres tú?”. Jesús les respondió: “Esto es precisamente lo que les estoy diciendo desde el comienzo. De ustedes, tengo mucho que decir, mucho que juzgar. Pero aquel que me envió es veraz, y lo que aprendí de él es lo que digo al mundo”.

 

Ellos no comprendieron que Jesús se refería al Padre. Después les dijo: “Cuando ustedes hayan levantado en alto al Hijo del hombre, entonces sabrán que Yo Soy y que no hago nada por mí mismo, sino que digo lo que el Padre me enseñó. El que me envió está conmigo y no me ha dejado solo, porque yo hago siempre lo que le agrada”. Mientras hablaba así, muchos creyeron en él.

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


 

P. Raúl Gomez sacerdote de la Diócesis de Mendoza

 

 

 

 

Nos encontramos en torno a la Palabra del Señor, con el Evangelio de san Juan, que nos relata esta situación de Jesús y los fariseos. Por un lado Jesús que anuncia el Reino a todos aquellos que estén dispuestos a recibirlo. Pero encuentra una cerrazón con los fariseos. Se han cerrado a descubrir y reconocer en Él la Persona y al Hijo de Dios. Comienza el relato de San Juan describiendo este diálogo claro que sostiene con los fariseos: “Yo me voy y ustedes me buscarán, y morirán en su pecado. A donde Yo voy ustedes no podrán ir”.


Por un lado, Jesús resalta la importancia que tiene su misión. La misión de Jesús es hacer la voluntad del Padre, que tiene que ver con un camino de Salvación para todos los hombres de todos los tiempos. Pero como en los fariseos, también Jesús encuentra resistencia en aquellos que se cierran a escuchar su Palabra, a escuchar su anuncio. Es por eso que Jesús va a describir claramente que su Reino no tiene que ver con el mundo. Su Reino es el Reino de Dios, su anuncio tiene que ver con la promesa del Padre, que es el camino de Salvación. Termina el Evangelio describiendo claramente que muchos de los que estaban con Él creyeron en su Palabra. Porque bien sabemos que Jesús es la Palabra hecha carne, la Palabra que habita en cada corazón dispuesto a recibirlo. Por eso en este día pidámosle al Señor la gracia de poder comprender su Palabra, para que nuestra fe crezca, para que nuestra esperanza esté puesta plenamente en Él y sobre todo para que podamos sembrar el amor que Dios nos ofrece.

 

Estamos viviendo un tiempo especial, el tiempo de la cuaresma y estamos muy cerquita de celebrar la Pascua del Señor, que es la Pasión, muerte y Resurrección. Pidámosle al Señor la gracia de poder vivir este tiempo más unidos a Él, descubriendo su presencia, reconociendo su amor en lo simple y en lo sencillo de cada día. Que el Señor sea tu luz y guía a lo largo de este día y durante toda tu semana.

 

Radio Maria Argentina