A 30 años de la visita histórica de San Juan Pablo II

jueves, 6 de abril de

Un día como hoy  pero de de 1987 el Papa Juan Pablo II llegaba por segunda vez a la Argentina. La visita duró desde el 6 al 12 de abril de 1987, días en los que visitó las ciudades de Buenos Aires, Bahía Blanca, Viedma, Mendoza, Córdoba, San Miguel de Tucumán, Salta, Corrientes, Paraná y Rosario.

 

Fueron 6 días en las que Juan Pablo II nos regaló su cercanía, sus enseñanzas.

 

  

El 10 de abril en el estadio de Vélez Sarsfield tuvo lugar el encuentro con los sacerdotes, los consagrados y los agentes de pastoral del país, a quienes en la homilía de la misa les dijo: “¡Iglesia en Argentina! Levántate, resplandece, porque ha llegado tu luz, y la gloria del Señor alborea sobre ti”.

 

En el Mercado Central, en Buenos Aires, Juan Pablo II dio su mensaje también al mundo del trabajo: “Sería una pena que faltase la solidaridad entre los trabajadores, cuando las condiciones laborales se vuelven degradantes o cuando crecen los abusos y la arrogancia en quienes, desde su posición ventajosa, se atribuyen derechos que en modo alguno les corresponden. Tampoco debe faltar la solidaridad con esas amplias zonas de miseria y de hambre, que es lo mismo que decir de trato inhumano a los trabajadores y a sus familias; también ahí debe llegar la fuerza del asociacionismo laboral en orden a procurar unas condiciones que permitan a las personas salir de su penosa situación”.

 

 

En la avenida 9 de Julio el Papa polaco presidió la primera Jornada Mundial de la Juventud fuera de Roma, en la que participaron un millón de personas, la mayoría jóvenes: “¡Jóvenes: Cristo, la Iglesia, el mundo esperan el testimonio de sus vidas, fundadas en la verdad que Cristo nos ha revelado! ¡Jóvenes: El Papa les agradece su testimonio, y los anima a que sean siempre testigos del amor de Dios, sembradores de esperanza y constructores de paz!”

 

“Reciban sus palabras. Aprendan. Edifiquen sus vidas teniendo siempre presentes las palabras y la vida de Cristo. Más aún: aprendan a ser Cristo mismo, identificados con Él en todo”, concluyó.

 

Al terminar la misa, Juan Pablo II envió a los jóvenes al mundo y entregó una cruz a cinco representantes de los cinco continentes. Luego Su Santidad rezó el Ángelus con los fieles y dirigiéndose a la imagen de Nuestra Señora de Luján pronunció el acto de consagración ante Ella. 

 

 

 

 

Juan Pablo II y la Virgen de Luján

El Papa Juan Pablo II recibe a la imagen original de la Virgen de Lujan llevada desde el Santuario de la Básílica de Nuestra Señora de Lujan. Este encuentro se llevo a cabo en la ancha avenida de la 9 de Julio (Buenos Aires) con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud.

 

 

 

Oleada Joven