Mi Semana Santa

domingo, 9 de abril de

Pensaba en la vocación a la alegría. Pensaba también en el sufrimiento. La alegría es un llamado en lo profundo del corazón del hombre que se renueva cada día y durante toda la vida. ¿Por qué? Porque cuando Dios creó todo “vio que era bueno” (Gn. 1, 10.12.18.21.25.31) y  puso al hombre en el centro de la creación, obra de su poder, de su sabiduría y de su amor, lo DISPONE al ENCUENTRO con la alegría y con la verdad.

Cuando por el caminar de la vida nos vamos encontrando con esta verdad, nos damos cuenta de que se va alejando esta vocación a la alegría y va emergiendo la VERDAD dolorosa que nos toca vivir. Ante esta situación vemos que no sabemos cómo responder, el hombre se siente cegado, ABRUMADO, sobrepasado con todo lo que le pasa y pierde así el sentido de su vida.

Pasa que hoy no estamos preparados para encontrar los recursos en nuestro interior para afrontar estas situaciones. La humanidad desacralizó esta relación vital con Dios y ya no puede mirar al otro como hermano, como prójimo…porque ya no se puede mirar y reconocer a sí mismo. 

¿HAY ESPERANZA? mejor y reformulando ¿HAY alguien que se juegue? Pienso que necesitamos de un HOMBRE profundamente humano y que sea capaz de AMAR como Dios. Sí, hoy comenzamos semana santa. Hoy Jesús nos recuerda que se puede y me pregunta: “¿ME AMAS MÁS QUE ESTOS?” Y con mi SÍ no pretendo cambiar el rumbo de su decisión (como lo intentó Pedro) pero sí cambiar mi historia.

QUIERO disfrutar de su alegría en la entrada en Jerusalén

QUIERO  descubrir el valor de la amistad en Betania

QUIERO compartir la cena fraterna del jueves

QUIERO cargar mi cruz con Él y 

APRENDER a MIRAR con AMOR al otro que está crucicifcado conmigo 

RECIBIR juntos la vida de Jesús Resucictado.

En esa PAZ que irradia Jesús escuchar tambiénn la voz del Padre que dice: “TU ERES MI HIJO AMADO”

Esta es la Pascua. Esta es la Pascua que quiero vivir.

 

Claudia Rosana Ortellado