Me miró, me abrazó, me enamoró…

domingo, 9 de abril de

Mi nombre es Beatriz García, más conocida como BEA!. Tengo 26 años, oriunda de la parroquia Ntra. Sra. de Luján, de Catriló La Pampa. Tengo 4 hermanos más. Dos Varones y tres mujeres somos el total.
Agradezco a Dios por regalarme una familia que siempre mantuvo la llama de la FE en mi corazón. Tuve la oportunidad de trabajar y estudiar mientras discernía mi vocación. Participe en muchas actividades en la parroquia: coro de niños, grupo de jóvenes, misión, jronadas diocesanas de jóvenes, catequesis.
Contaré en estos pequeños renglones la historia de mi llamado vocacional.
Como dice la cita biblica. “NO PODEMOS CALLAR LO QUE HEMOS VISTO Y OÍDO”, si lo hemos recibido gratuitamente, todo debemos darlo gratuitamente.
Me primeriaste con tu amor, así es como he sentido la presencia y el paso de Dios en mi vida. El me primerio desde el principio, me sostuvo y me tendió su mano.
Todo comenzó a los 16 años, cuando participé de la JORNADA DE VIDA CRISTIANA DE COLORES. Fue a partir de ese retiro que mi vida cambió, El le dió un sentido. Lo que viví me hizo enamorar de un CRISTO RESUCITADO. Un Cristo que sale al encuentro del hermano, amigo, madre, del necesitado, del pobre y del rico, sale al encuentro de TODOS, porque él mirá el corazón. Me miró, me abrazó, me enamoró. Sí, Jesús me enamoró y yo lo elegí y lo vuelvo a elegir.
Durante todo ese tiempo (16 años), mientras comenzaba todo un proceso de discernimiento el Señor, poco a poco me hacía gustar de su presencia en mi vida.
Mi relación con Jesús empezó desde muy chica, aunque sin tener conciencia de lo que hacía. Me gustaba ir a los encuentros de catequesis, a misa, participar en actividades parroquiales para niños, había algo que me llamaba a estar ahí, pero no sabía bien lo que era. Tomé la comunión, luego, seguí con confirmación y mi vida se hacía más hermosa participando de la Santa Eucaristía. Recuerdo el momento que me dijero:-querés participar de la jornada DE COLORES? Yo sin dudarlo dije SÍ. Con la ayuda de Dios acomodé todo los temas de estudio del secundario, tenía una prueba en esos dias y así fue que pude vivir y experimentar del amor de Dios durante esos cuatros días, muy intensos y llenos de Dios con otras jóvenes.
¿Tuve novio? sí, pero nunca pude concretar nada serio con él, con idas y vueltas y poniendo lo mejor de mí, pero siempre ganaba el amor de Dios.
Durante 2011-2013 estuve haciendo una experiencia en una congregación , pero sentí que ese no era mi lugar realmente, no estaba bien emocionalmente, hoy es ver cómo el Señor te hace dócil con su amor eterno e infinita misericordia.
En 2013 cuando salí de allí, continué en San Juan terminando un curso de catequistas, en tanto continué en mi camino de busqueda, en discernimiento con un sacerdote, él fue quién me dijo que visite a las Hnas Salesias (Hnas de San Francisco de Sales) 
Otra vez, el Señor me volvía a dar caricias de amor, otra vez sentía la presencia de mi Señor en mi vida.
Con las hermanas, pude compartir diversas experiencias (misión, grupo de jóvenes, jornadas de jóvenes, vida comunitaria). 
Fines de 2013 me volvía a La Pampa, y eso costaba dejar todo mi camino de discernimiento para comenzar uno nuevo, dejar a las hermanas, pero los miles de kilometros no importaron, siempre en contacto con ellas.
En 2014, comencé a estudiar profesorado de Educación Inicial, retomando en mi parroquia diversas actividades, haciendo y participando de la experiencia de Dios, del Dios Amor, destinando mis días de vacaciones a la misión.
Entre el estudio, las actividades parroquiales y el trabajo, tomé en serio lo que realmente Dios quería para mí.
Hoy me doy cuenta que Dios no elige a los capacitados, sino que capacita a los que elige…
Se muy bien, el camino de seguimiento al Señor, no es fácil, pero estoy segura que es muy lindo e intenso.
Dios desde los 16 años me necesita, me llama y aunque con altos y bajos de la vida, siempre tengo la mirada y confianza puesta en El, sigo con firmeza esta gran misión que me pide: SER PARA LOS DEMÁS.
El me amó y se entregó por mí (Gal 2,20) Cuando comencé  a vivir esta experiencia tan grande, comprendí que es necesario responder de alguna manera a este amor. La única respuesta que encuentro a este amor tan grande, no es otra que, entregando mi vida a El, consagrandome por entera a El, a su misión: el anuncio del Reino y de su Evangelio.
Estoy convencida que más allá de mis limites y miserias, Dios me sigue llamando para ser instrumento de su obra.
Preparando el corazón para dar paso a esta invitación que Dios me pide, pido de corazón que recen, no solo por mi vocación sino por todos aquellos jóvenes que se encuentran​ en discernimiento, por aquellos jóvenes que se plantean su vocación, por los que dudan.
Recemos para que el Señor siga llamando a muchos​ jóvenes: a la vida sacerdotal, consagrada y a la vida matrimonial. Sí, santos matrimonios.
Quería compartir esto que se vive esto que se siente.
A vos te digo, VALE LA PENA JUGARSE POR ÉL.

Sin miedo, abran de par en par las puertas a Cristo. Papa Juan Pablo II

 

Bea Garcia