Evangelio según San Juan 6,30-35

lunes, 24 de abril de
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La gente dijo a Jesús: “¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo”.

 

Jesús respondió: “Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo”. Ellos le dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”.

 

Jesús les respondió: “Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


P. Raúl sacerdote de la Diócesis de Mendoza 

 

 

 

Nos encontramos en torno a la Palabra del Señor en el Evangelio de San Juan. Comienza este relato bíblico con la pregunta de la multitud, de la gente a Jesús:”Qué signo haces para que veamos y creamos en ti? Qué obras realizas?”. Y traen el ejemplo de lo que vivió Israel en el desierto cuando Dios les dio a comer el maná bajado del cielo. Ellos dicen que es Moisés, Jesús les responde que es su Padre Dios, el Padre del cielo.

 

Jesús sigue relatando en este pasaje bíblico todo lo que tiene que ver con el alimento eterno, con el Pan de Vida, con el verdadero Pan del Cielo. Y entonces, Jesús que les dice expresamente: “Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo sino mi Padre es el que da el verdadero Pan del cielo”.

 

La multitud, confiando en la Palabra de Jesús le dice: “Danos siempre de ese pan, Señor”. Jesús les dice: “Yo soy el Pan de Vida, el que viene a mí jamás tendrá hambre y el que cree en mí jamás tendrá sed”. En este día queremos pedirle al Señor que su alimento llene nuestro corazón de alegría, de esperanza, de fortaleza; que Él nos dé esa Vida en abundancia que tanto necesitamos, esa vida que nos permite creer cada vez más en Él, que nos permite calmar nuestra sed.

 

Porque cada uno de nosotros estamos necesitados del Amor del Señor, necesitamos de este Pan del cielo bajado para cada uno de nosotros. Queridos hermanos, pidamosle al Señor que este Pan vivo y verdadero sea siempre nuestro alimento, que podamos comprender que Jesús está ahí para saciar nuestra hambre, para saciar nuestra sed, y así también nosotros poder saciar el hambre y la sed de tantos hombres y mujeres que están lejos del camino, que no encuentran al Señor o que se han apartado de la fe y del amor de Dios.

 

Que esta Palabra sea un motivo de esperanza para descubrir el verdadero Pan del cielo, ese Pan que nos da esta vida en plenitud que nos ofrece el Señor. Que tengas una bendecida semana y que el Señor sea tu luz y tu guía.

 

 

 

 

 

Radio Maria Argentina