Cuando estamos tristes o enojados, o simplemente estamos pasando un mal momento de nuestra vida, lo unico que queremos es tener paz. Y aunque a veces no nos damos cuenta, otras veces somos concientes de que Jesus nos carga y nos tiende la mano para hacernos saber que el SIEMPRE esta con nosotros. Y es ahi, en donde a pesar de todo, a pesar de las tormentas que podamos estar pasando, a pesar de la soledad que podamos sentir, sabemos que cuando golpeamos a la puerta de su corazón, con el nuestro dolido y gritando con una sincera fe, Él nos va a abrir y nos va a estar esperando con su sonrisa que nos va a dar esa PAZ que tanto anhelamos.
Porque hermano/a, Jesús nunca nos va a dejar de escuchar, nunca va a dejar de acudir a nuestro llamado, grito o enojo. Cuando pensamos que mientras nosotros nos hundimos, el esta durmiendo y no se interesa por nuestro dolor, nos demuestra que estamos equivocados y nos dice: “La paz este con ustedes”. Esas palabras que tranquilizaron a los dicipulos llenos de miedo y de incertidumbre también nos calma a nosotros en los momentos de estar encerrados dentro de nosotros mismos.
La Palabra dice que cuando Jesús se levantó al escuchar el auxilio de sus amigos sobrevino una gran calma (mateo 8 26). Calma significa intenso calor o que proviene del sol, y eso es lo que Jesús hace cuando interviene en nuestra vida, nos trae calor y paz a nuestra alma.
Es por eso que en este mensaje vengo a decirte que no te inquietes demasiado, que estas en todo tu derecho de estar triste, enojado o lo que fuese, pero que la paz de Jesus tarde o temprano SIEMPRE llega, y vas a poder dar testimonio de lo que estas viviendo y como Jesus te escuchó, intervino en tu vida y sobrevino la calma en tu tormenta.
Animate aunque sean cinco minutos a entablar un dialogo con Él. Es difícil cuando estamos en momentos de desierto, pero te aseguro que esos minutos van a valer la pena porque vas a poder reconocerlo como aquellos dicipulos de Emaús.
Que Dios te bendiga hoy y siempre. Te damos gracia Señor por nuestras vidas, por escucharnos en todo momento y regalarnos tu paz, amén.
Juan Cruz Marghetich