Las adversidades de la vida nos pueden paralizar y hasta provocar miedos que nos acorralen. Pudieras sentir que estás en un laberinto sin salida, sin embargo, es necesario que comprendas que hay salida.
La pérdida de un empleo, un divorcio, el abandono o la muerte de un familiar, pueden crear crisis emocionales que nos lleven al desespero. Pero en medio de esas situaciones que sientes que son devastadoras, hay solución y hay esperanza.
Es esencial hablar y ventilar, para poder identificar apoyo en medio de los procesos difíciles de la vida. Aunque pudieras estar enfrentando procesos como estos, debes entender que hay salida. Una salida; es una puerta, un lugar de encuentro, un ambiente donde respirar, es el espacio para recibir nuevas fuerzas y no tomar decisiones nefastas.
Si sientes que ya no puedes, que lo has hecho todo y no encuentras solución, recuerda; hay salida. Por tanto, es medular que salgas a buscar la ayuda necesaria, que tomes control de tus emociones y busques la salida, porque si existe. En los momentos de pruebas, fortalécete ponderando nuevas alternativas, entendiendo que es un momento el cual superarás. Eso no durará toda la vida, pero tienes que reconocer que necesitas ayuda, que te tienes que mover y gestionar, por tu bien y por tu salud emocional y espiritual.
Cuándo debes reconocer que necesitas buscar una salida:
1. Cuando tengas pensamientos destructivos.
2. Cuando no le encuentres sentido a la vida.
3. Cuando sientas que no puedes más. Hay salida: 1. Familiares: ellos son tu red de apoyo inmediata, cuéntales lo que te sucede. 2. Iglesia: la ayuda espiritual será bálsamo para tu alma. 2. Centros de apoyo: hay lugares que se especializan en apoyar y trabajar tus crisis.
Versículo para reflexionar: ¿Por qué te abates, alma mía? ¿Por qué te turbas contra mí? Espera en Dios, que aún le alabaré. Él es la salvación de mi rostro, y mi Dios (Salmo 42:12).