Evangelio según San Juan 14,27-31a

lunes, 15 de mayo de
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Jesús dijo a sus discípulos: «Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. ¡ No se inquieten ni teman ! Me han oído decir: ‘Me voy y volveré a ustedes’. Si me amaran, se alegrarían de que vuelva junto al Padre, porque el Padre es más grande que yo.

 

Les he dicho esto antes que suceda, para que cuando se cumpla, ustedes crean. Ya no hablaré mucho más con ustedes, porque está por llegar el Príncipe de este mundo: él nada puede hacer contra mí, pero es necesario que el mundo sepa que yo amo al Padre y obro como él me ha ordenado.»

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


 

P. Raúl Gomez sacerdote de la Diócesis de Mendoza

 

 

 

 

 Nos encontramos en torno a la Palabra del Señor. En este día, el Evangelio de Juan nos relata claramente esta invitación que Jesús les hace a los discípulos, este regalo, este don que le hace a los discípulos y también a cada unonde nosotros. A la hora de pasar de este mundo al Padre Jesús dijo a sus discípulos: “Les dejo la paz, les doy mi paz, pero no como la da el mundo. No se inquieten ni teman”.

 

Jesús hace referencia a su partida, a su volver al Padre para prepararnos ese lugar para cada uno de nosotros. Jesús va mostrando claramente su misión que es la de darnos y regalarnos el don de la paz, de regalarnos un camino, una verdad y una vida para seguir, como un marco de referencia para nuestra vida. Y en esto Jesús es muy claro con su Palabra.

 

Jesús reconoce que el Principe del mal existe y está en el mundo, pero “él nada puede hacer contra mí”, dice Jesús, porque el poder de Dios está por encima de todo poder mundano, está por encima del mal. Jesús se muestra visiblemente como aquel portador de paz portador de alegría, portador de esperanza.

 

Es necesario que Jesús vuelva al Padre, es necesario que vuelva al Origen, para prepararnos ese lugar y volver a nuestro encuentro. Que esta Palabra de Dios en este día sea un motivo de esperanza para tu vida. Sólo Dios puede regalarnos la paz que nos sana, que nos salva, sólo Dios, sólo Jesús puede llenarnos el corazón de este gran regalo que Dios nos hace, de este don que no se compra en ningún lado, que no se consigue en el mundo sino que sólo viene de Dios.

 

Pidámosle al Señor que su paz sea para nosotroa el bálsamo que necesitamos, sea para nosotros esa agua que calma la sed, sea para nosotros la fortaleza en medio se la debilidad. Sea para nosotros la esperanza, la caridad y el amor en medio del camino que el Señor nos propone para seguirlo.

 

Que tengas una bendecida semana y que el Señor siga regalandote ese don maravilloso de la paz.

 

Radio Maria Argentina