Evangelio según San Mateo 5,13-16

lunes, 12 de junio de
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Jesús dijo a sus discípulos: Ustedes son la sal de la tierra. Pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar? Ya no sirve para nada, sino para ser tirada y pisada por los hombres.


Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña.


Y no se enciende una lámpara para meterla debajo de un cajón, sino que se la pone sobre el candelero para que ilumine a todos los que están en la casa. Así debe brillar ante los ojos de los hombres la luz que hay en ustedes, a fin de que ellos vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


 

P. Raúl Gomez Sacerdote de la Diócesis de Mendoza

 

 

 

Nos encontramos en torno a la Palabra de Dios en este día. El Evangelio de san Mateo nos presenta a Jesús  usando estas imágenes de la sal y la luz. Jesús comienza el Evangelio diciendo: “Ustedes son la sal de la tierra, pero si la sal pierde su sabor, ¿con qué se la volverá a salar?” Luego pone el signo de la luz: “Ustedes son la luz del mundo. No se puede ocultar una ciudad situada en la cima de una montaña” sino que está en un lugar visible. También la luz debe estar en un lugar visible. Podriamos preguntarnos por qué el Señor nos presenta estas imágenes en este tiempo especial que estamos viviendo. Hemos celebrado la fiesta de Pentecostés; en eate tiempo esta gracia esta fuerza del Espiritu Santo nos tiene que llevar a descubrir que no debemos perder el sabor, el sentido de la vida. Debemos reconocer que nuestra vida va más allá de lo que nosotros creemos. El Señor nos envía a anunciar una Buena Noticia, con alegría, con esperanza, y sobre todo reconociendo que debemos ser luz del mundo. Y que que la luz es para encender aquellos corazones que se han apagado, para iluminar aquellos lugares de tiniebla, de tristeza, de soledad. Para saber que la luz de Cristo da seguridad, da confianza, da fortaleza. Esta luz que viene a iluminar nuestra vida se convierte en signo, en testimonio de luz para nosotros en este camino de la vida. Por eso este Evangelio nos tiene que ayudar a reconocernos hijos de la Luz, testigos de la Luz y anunciadores de la Luz.


Querido hermano, querida hermana, que esta Palabra sea un motivo de esperanza para vos, para tu familia, para nuestra sociedad tan necesitada de niños, jóvenes, adultos, ancianos que sean reflejo de la luz de Cristo. Cada uno de nosotros está llamado a ser luz, cada  uno de nosotros  está llamado a poner la vida totalmente en las manos del Señor. Y a saber que en la medida en que nosotros podamos hacer el bien seremos reflejo de la luz de Cristo. Siempre y ante todo debemos buscar ser signos del amor de Dios, ser signos de la luz. Que esta Palabra sea un signo de esperanza, sea un signo de alegría, pero sobre todo que esta Palabra te lleve a reconocerte hijo de la Luz. Desde el bautismo hemos recibido esa Luz que nos da esa dignidad y nos permite ser signo de luz alli donde el Señor nos envíe. Que puedas iluminar y encender muchas vidas con la alegría del Evangelio, con la alegría del amor de Dios.


Que tengas un bendecido día y una bendecida semana.

 

Radio Maria Argentina