Las Espinas

viernes, 16 de junio de
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En una prédica que estuve hace dos días, escuché decir que todo Dios lo transformaba en bueno; y es que Dios no desaprovecha nada. Pensaba en las espinas, aunque nosotros vayamos por la vida quejándonos de las espinas, ellas nos ayudarán a ver las cosas como son, a aterrizar en los momentos que nos desviamos y desobedecemos o inclusive a conocer las verdades más fuertes que nos harán apoderarnos de la palabra y promesas de Dios. ¿Pero a quién le gusta sentir una espina? A nadie, claro que no, pero es que este tiempo terrenal nos prepara para una vida en el espíritu. Este tiempo de espinas y más espinas, será la plataforma para llegar a tener una fe más firme, una mayor convicción y una permanencia en Dios. Yo iba a desistir de escribir sobre las espinas, no le encontraba sentido, no sabía que era lo que me tocaba compartir, es más, les cuento; pensé que lo había borrado, pero resulta que no… Mientras escuchaba la prédica, venían a mi mente las espinas, y definitivamente Dios me inquietó, porque muchas espinas he sentido en mi vida, pero todas ellas me han hecho más fuerte.

 

Cuando nos enfrentamos a las adversidades y retos de la vida, se nos hace difícil mirar hacia adelante. Sin embargo, es necesario respirar y seguir. Lo que te ha tocado vivir no puede detener lo próximo, respirar te ayudará a tomar un tiempo fuera y poder seguir con mayor fuerza e ímpetu.

 

Quizás te han tocado las espinas más duras, que te han lastimado y te han hecho hasta sangrar. No obstante, esas espinas llegan a nuestra vida para hacernos crecer y aprender, con el fin de poder ver nuestra realidad. Si has tenido que aguantar espinas en tu vida, déjame decirte que pudieras estar a punto de ver una rosa en medio de esas espinas. Las espinas nos recuerdan nuestra vulnerabilidad, sensibilidad y fragilidad. Detrás de cada espina, hay un aprendizaje y un propósito.

 

Entre algunos de los propósitos de las espinas, se encuentra: ser defensa de algunos animales herbívoros y además, son el resultado de la transformación de ciertas hojas. Esto es lo que dice la literatura acerca de las espinas, pero olvidemos por un momento esta explicación científica, y vayamos a la práctica. Las espinas nos ayudarán a crear defensas para todo lo que nos quiere consumir y por ellas seremos transformados. Las espinas se producen mayormente en los lugares áridos y desérticos, quizás sería necesario ver nuestro ambiente, nuestro corazón o nuestra alma e identificar las áreas que están secas y que por esa razón también han nacido las espinas que hoy nos lastiman.

 

Reflexionemos en los tipos de espinas que hemos o estamos enfrentando, busquemos su propósito y pidámosle a Dios nos ayude a dejarnos transformar por su amor y por su paz, aun en los momentos en que sintamos espinas. Versículo para reflexionar: Salmo 119:67 Antes de ser afligido andaba descarriado, pero ahora guardo tu oráculo. Fuente: imagen de Google

 

Verónica González Montañez