No den las cosas sagradas a los perros, ni arrojen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes para destrozarlos. Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes, háganlo por ellos: en esto consiste la Ley y los Profetas. Entren por la puerta estrecha, porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que lleva a la Vida, y son pocos los que lo encuentran.
Palabra de Dios
P. Raúl Gomez sacerdote de la Diócesis de Mendoza
Nos encontramos en este día en torno al evangelio de san Mateo, que nos relata claramente como Jesús se dirige a sus discípulos usando distintas imágenes. Por un lado comienza con la imagen de las cosas sagradas y con una negativa, es decir:”No den cosas sagradas a los perros, ni arrojen perlas a los cerdos”. No den cosas a aquellos que no quieran recibirlas, que no quieran aceptarlas. Jesús es muy claro en su mensaje. Y después le añade esta acción concreta que tiene que ver con lo que se refiere a nuestra misión de creyentes, de cristianos: “Todo lo que deseen que los demás hagan por ustedes háganlo por ellos”, es decir, no esperar la iniciativa del otro, del prójimo, de los hermanos, sino salir nosotros a su encuentro, a llevar esa palabra de vida, de esperanza, a hacer el bien ante todo, como dice san Pablo: “Venzamos el mal a fuerza de bien”.
Nuestra misión tiene que ver con eso, convertir en acciones concretas todo lo que vamos recibiendo de parte del Señor, todo lo que tiene que ver con ese amor que nos ofrece cotidianamente el Señor y que nosotros no sólo debemos vivirlo en nuestra vida interior sino que también debemos comunicarlo, debemos anunciarlo y debemos anticiparnos. Esa es la novedad que nos da el Señor, animarnos a hacer por nuestros hermanos todo lo que desearíamos que hicieran por nosotros. Y el lugar más desafiante primero para poder tener estas acciones es en el hogar. Es en el núcleo de la familia donde muchas veces nos cuesta tener gestos concretos. Pero hoy en día la vida, la sociedad, el mundo, necesita de hombres y mujeres capaces de convertir en obra gestos concretos de amor y de bondad del Señor.
La otra imagen que usa Jesús para hablar del Reino de los Cielos, para hablar de esa promesa que el Señor nos ha hecho tiene que ver con la puerta estrecha. Jesús añade esa imagen de la puerta. Jesús es la puerta que nos conduce al encuentro de nuestro Padre Dios. Y sigue Jesús en el Evangelio: “Entren por la puerta estrecha porque es ancha la puerta y espacioso el camino que lleva a la perdición, y son muchos los que van por allí. Pero es angosta la puerta y estrecho el camino que conduce a la Vida y pocos entrarán ahí”. Quiera Dios que cada uno de nosotros pueda ser parte de esa puerta estrecha, de ese camino que conduce a la Vida. En realidad nuestra misión tiene que ver con la Vida, la vida en el Señor, la vida en plenitud, la vida en abundancia. Que esta Palabra para nosotros sea un motivo de poder llevar en acción todo lo que el Señor nos regala. Termino con las palabras del Apóstol Santiago: “Muestrame tu fe sin obras, que yo por mis obras te mostraré mi fe”.
Que tengas un bendecido día y una bendecida semana.