Desde la Anunciación
hasta el Calvario,
tus ojos Madre son mi fortaleza y esperanza.
Me esfuerzo por llevar
tu mirada Santa delante de mí,
aunque las dificultades que plantea este mundo
me hacen sucumbir,
las más de las veces, presa del dolor y del temor .
La lucha entre la carne y el espíritu es ardua.
Solo en el remanso de tu mirar encuentro el consuelo y la paz,
frente a tantas cosas que mi pobre humanidad
no alcanza a comprender.
Madre medianera de todas las gracias,
Puente que me conduce a Cristo,
reservorio de santidad es tu seno,
fija en mí tus amados ojos
para que pueda ser servidora humilde
y de mi Sí con amor al Amado.
Intercede por mí,
Reina del Cielo y de la tierra,
para que pueda responder
con fidelidad a la vocación
a la que fui consagrada,
dentro de la iglesia doméstica.
Ruega al Señor
para que me conceda la perseverancia final,
y la alegría de los verdaderos hijos de Dios.
Te lo pido por Jesucristo nuestro Señor,
que vive y reina por los siglos de los siglos.
Amén
Alicia Beatriz Angélica Araujo