Evangelio segun San Juan 15, 1-8

martes, 24 de mayo de
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Yo soy la verdadera vid y mi Padre es el viñador. El corta todos mis sarmientos que no dan fruto; al que da fruto, lo poda para que dé más todavía. Ustedes ya están limpios por la palabra que yo les anuncié.
Permanezcan en mí, como yo permanezco en ustedes. Así como el sarmiento no puede dar fruto si no permanece en la vid, tampoco ustedes, si no permanecen en mí. Yo soy la vid, ustedes los sarmientos. El que permanece en mí, y yo en él, da mucho fruto, porque separados de mí, nada pueden hacer. Pero el que no permanece en mí, es como el sarmiento que se tira y se seca; después se recoge, se arroja al fuego y arde. Si ustedes permanecen en mí y mis palabras permanecen en ustedes, pidan lo que quieran y lo obtendrán. La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos.



Palabra de Dios

 


 

P. Mariano Cortés  Asesor de la Pastoral Juvenil de la Diócesis de 9 de julio

 
La liturgia nos propone para reflexionar el texto del Evangelio de Juan 15, 1-8. Este es un texto en el que el Señor durante la despedida, durante la Última Cena propone a los discípulos esta imagen de la vid y los sarmientos: “Yo soy la vid y ustedes los sarmientos, mi padre es el leñador y mi madre es quien lo poda”.
 
En todo este texto se repite una y otra vez esta invitación esta idea a permanecer en Él, nos dice que la clave de nuestra vida cristiana, de nuestros de nuestro seguimiento de Él es permanecer unidos a Él. Seguramente que muchas veces habrás experimentado lo difícil que es seguir al Señor, seguramente que muchas veces hemos vivido alguna linda experiencia: un retiro espiritual, una misión, o compartir algo con algún hermano y eso te haya llenado de ganas, te ha llenado de entusiasmo, y con el tiempo esas ganas desaparecen y perseverar en el camino cristiano no es tan fácil.
 
El Señor hoy nos propone la clave para poder perseverar, es esta idea de permanecer en Él, permanecer no es solamente estar, permanecer es estar aferrados a Él, es estar enraizados en Él, es alimentarnos en Él y es porque estamos unidos a Él: dar fruto. Que el Señor te de la gracia de poder de verdad permanecer unido a Él, que es la Vid Verdadera, que es el único que puede darte aquello que necesita en cada momento de tu vida.
 
Te dejo con la Palabra del Señor y con mi bendición, que te acompañe siempre: en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

 

 

Oleada Joven