Crisis: oportunidad de Dios

miércoles, 2 de agosto de

La crisis en la vida del cristiano puede significar un valle en nuestro caminar diario como creyentes, en otras palabras también representan lo menos querido, un “cuco” que mientras se puede evitar, mejor; pero son necesarias para purificar, pulir, seguir creciendo en nuestra fe. 

 

Una imágen linda de las crisis que nos puede servir es la de una escalinata por un árbol en un bosque: mientras más escalamos el árbol menos vemos el piso y las crisis nos obligan a asomarnos y constatar si el árbol que estamos escalando es el mismo que del principio o sin querer nos hemos cambiado a otro, es decir, asomarnos a ver el piso y si es posible, las raíces. Las crisis funcionan del mismo modo.

 

Mientras más crecemos, mientras más caminamos en este camino de seguimiento de Jesús nos encontramos con más gracias del Señor pero muchas veces es necesario volver a la fuente, volver a lo escencial de la fe. En otras palabras redescubrir a Jesús de una manera nueva, novedosa y muchas veces es darnos cuenta de que buscamos a Dios donde no está.

 

La crisis nos obliga a reveer nuestra fe, en lo que creemos, nos hace ver qué imágen de Dios hemos creado en nuestro caminar y si esa imagen es correspondiente con lo que es Dios. Por esta razón la crisis es oportunidad de Dios. En ese supuesto “silencio de Dios”, que son las crisis, encontramos un llamado profundo a redescubrir quién es Dios en nuestra vida.

 

Desesperarnos y asustarnos son reacciones comunes en momentos de crisis pero eso solamente nos hace caer en nosotros mismos y nos aleja de la comunidad, además le estaríamos quitando el protagonismo a Dios, que permite la crisis para que podamos redescrubirlo.

 

Dios es siempre novedad que nos interpela, que nos obliga a meternos en el misterio, en su misterio. Aunque caminemos “sin poder ver”, Él va a estar de manera misteriosa guiándonos para que podamos amarlo más y mejor, para que nuestra entrega pueda ser cada vez más. Y también, para volver a conocerlo, como las mejores historias de amor.

 

En resumen, la crisis es una oportunidad de Dios, de encuentro con él, de experiencia de su amor, no la desaprovechemos.

 

Santiago Cuggino