Confío en vos Señor
aunque el miedo me invada,
aunque mis fuerzas se agoten y aunque mi corazón este atrapado en el medio de la tormenta.
Me falta valor Señor, para entregarme por completa, aunque afirmo que no hay nada mejor que
dejar mis planes en tus manos.
Tomá todo de mí Señor, para moldearme una vez más a imagen y semejanza tuya.
Te entrego mis manos, para construir pequeños sueños,
mi alma para armar grandes sonrisas y
mi vida para que se haga tu voluntad.
Acá estoy Señor dispuesta a servirte, a que me utilices.
Acá estoy Señor por que confío en vos.
Que tu gloria y tu amor inunden mi alma.
Ven dulce huésped y habita en mí.
Montiel Ainelen