Evangelio según San Mateo 19,23-30

jueves, 17 de agosto de
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En aquel tiempo, fue enviado por Dios el ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un hombre llamado José, de la casa de David; el nombre de la virgen era María. Y entrando, le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo». Ella se conturbó por estas palabras, y discurría qué significaría aquel saludo. 

 

El ángel le dijo: «No temas, María, porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo, y el Señor Dios le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob por los siglos y su reino no tendrá fin». María respondió al ángel: «¿Cómo será esto, puesto que no conozco varón?». El ángel le respondió: «El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el que ha de nacer será santo y será llamado Hijo de Dios. Mira, también Isabel, tu pariente, ha concebido un hijo en su vejez, y este es ya el sexto mes de aquella que llamaban estéril, porque ninguna cosa es imposible para Dios». Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra». Y el ángel dejándola se fue.

 

 

Palabra de Dios

 


 

P. Raúl Gómez sacerdote de la Arquidiócesis de Mendoza

 

 

Nos encontramos en este día donde celebramos a Santa María Reina, memoria obligatoria que nos propone la Iglesia, un camino, un modelo a seguir es María.

 

Hoy contemplamos el Evangelio de San Lucas, en donde nos relata la anunciación del Ángel Gabriel, el ángel que es enviado por el Señor a llevar esta buena noticia a María.

 

Una noticia que el ángel expresa con sus palabras: “Alégrate llena de gracia, el Señor está contigo”, al escuchar esas palabras, relata el Evangelio que María queda desconcertada, es decir, no termina de entender claramente este mensaje, y el ángel le añade “No temas María porque el Señor te ha favorecido, concebirás y darás a luz a un hijo, a quien le pondrás el nombre de Jesús”; claramente queda descripta la misión que María asume, que tiene que ver con ser la Madre de Jesucristo, el Redentor…pero también la Madre de la Humanidad, la Reina de la Paz; en este Evangelio no sólo el ángel relata estas palabras, sino también expresa todo lo que Dios está dispuesto a hacer y espera de Ella y también de esta misión, por eso, nosotros debemos reconocer que María es nuestro modelo más claro, seguro a imitar; se presenta con un Sí humilde y sencillo que involucra toda su vida; este Sí también nos involucra a cada uno de nosotros.

 

Ante esta visita del Ángel Gabriel a María queda expresamente claro la misión…María termina este Evangelio diciendo “Yo soy la servidora del Señor, que se haga en Mí según lo que has dicho” Ella se reconoce como modelo de Servidora, que escucha la palabra del Señor y la medita en su corazón.

 

El Ángel también añade: “tu pariente Isabel que era considerada estéril ya se encuentra en su sexto mes, porque no hay nada imposible para Dios” y eso es real porque es la certeza que tenemos los creyentes cristianos, lo que es imposible para nosotros no lo es para Dios…pidamos al Señor la gracia de reconocernos llamados y amados para una misión grande como lo fué la misión de María, que tengas una bendecida semana y el Señor sea luz y guía en tus pasos en este camino de seguimiento, mirando y contemplando a María descubrimos el rostro de Cristo.

 

 

Oleada Joven