Lo que da valor a nuestras obras es sólo el amor de Dios

jueves, 24 de agosto de
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No es la grandeza de nuestras obras, ni la cantidad de ellas lo que hace que agrademos a Dios, sino unicamente el amor que hay en ellas, el amor de Dios que hay en ellas, eso es lo que da valor a todas nuestras obras. Esto es algo que nos puede desconcertar, muchas personas piensan que lo que da valor a las obras es que cuesten mucho… ¡que cuesten MUCHO!, pero San Francisco de Sales nos dice ¡no, no!, lo importante no es lo que cuesten, lo importante es la cantidad y la calidad del amor de Dios que hay en ellas, si te cuestan mucho pero no hay ningun amor, eso no tiene ningún valor de cara a la santidad, de cara a la perfección, porque sólo el amor de Dios da valor a las obras.

 

Cuando nos referimos al amor de Dios queremos decir “el amor del que se dice que Dios es amor, el amor con el que se aman El Padre, Hijo y Espíritu Santo”, esto en el lenguaje técnico cristiano se llama CARIDAD, pues sólo la caridad que hay en nuestras obras es lo que les da valor espiritual a ellas, por lo tanto, dice San Francisco de Sales: “Estemos atentos a no hacer mucho, sino a hacer bien”. No hacer mucho, se refiere a aquellas personas que parecen estar estresadas de trabajar tanto por la salvación del mundo y uno les pregunta: ¿Pero…a dónde vas con tanta prisa?.

 

Recordemos, NO HACER MUCHO, HACER BIEN, porque no es en la multiplicidad de las cosas que hacemos por la que adquirimos la perfección, sino por la perfección y la pureza de intención con la que las hacemos. Lo que nos santifica no es la cantidad de cosas buenas que hagamos, sino la bondad que le ponemos a las cosas que hagamos, la caridad que hay en ellas. Es la caridad la que da aprecio y valor a todas nuestras obras, de modo que todo el bien que hagamos, sea por amor a Dios, y todo el mal que evitemos, lo evitemos por amor a Dios.

 

San Francisco de Sales nos recuerda aquella frase de San Pablo “Si no tengo caridad, de nada me vale”, aunque uno haga cosas extraordinarias como entregar su cuerpo a las llamas, si la hace sin caridad, NO VALE NADA, ¿que triste sería esto verdad?, realizar semejante obra y que no valga nada por no haberla hecho con caridad, por no haber puesto en el corazón el amor de Dios… esto es importante, porque los hombres somos capaces de hacer cosas dificilísimas por vanidad y orgullo, por lo tanto ¡hay que estar atentos!, la garantía de que esto me sirva para la santificación no es que me cueste mucho, es el amor de Dios que haya en ello.

 

 

 Fernando Colomer Ferrándiz (Licenciado en Teología y Doctor en Filosofía) sobre El combate espiritual según San Francisco de Sales.

 

Noelia Viltri