Cuando toco mi guitarra,
toco con inspiración, porque
toco con el corazón,
y el Espiritu Santo es mi guía.
Cuando toco la guitarra
entrego todo lo que soy.
mis manos son para Dios,
son esas mismas manos,
que utilizo para servir.
entro en oración,
mi música y mi canto,
son para mi Dios,
son una forma de agredecer
todo lo que hace por mí,
aunque sea insuficiente,
porque nada se compara
con su Misercordia.