Yo no fuerzo una flor a que abra, la flor la abrís vos mi Dios, yo la planto, la riego, la resguardo, lo demás lo hacés vos mi Dios.
Yo no obligo a un amigo a que me ame, el amor lo das vos mi Dios, yo le sirvo, lo ayudo, en mi la amistad arde, lo demás lo hacés vos mi Dios.
Yo no obligo a un alma a que crea, la fe la das vos mi Dios, yo obro, trabajo, confío y espero, lo demás lo hacés vos mi Dios.
Así que no pretenda adelantarme a tu plan de amor. Mientras tanto yo trabajaré, ayudaré, rezaré, viviré para amarte…
lo demás lo harás vos, mi Dios.
Amén.