Soli-DAR-idad desde el alma

miércoles, 30 de agosto de

¿Quién no se ha cruzado alguna vez con una mano levantada pidiendo alguna ayuda, ya sea unas moneditas a cambio de una tarjeta o de lavar los vidrios del auto, o simplemente para comprar un pedazo de pan? Creo que todos pasamos por esas situaciones. Ya sea en un pueblo o en una ciudad, de mañana o de tarde, de ida al trabajo o a la vuelta. 

En ese momento, cualquiera que sea, nuestro corazón automaticamente quiere ayudar, buscando en el bolsillo unas moneditas que nos sobraron. Pero lo que hacemos simplemente puede ser para que se retire rápido y no nos moleste más.

No vemos que cada mano que nos pide esa ayuda es la mano de Jesús… si supiéramos eso, ¿daríamos de la misma manera? La respuesta es no. Sin embargo, eso es lo que pasa, Jesús está en cada mano, es Él quién se nos cruza cada día. Nos mirá y nos da otra oprtunidad para poder cambiar nuestro corazón. Para poder ser más solidarios con Él, y así lo seríamos con todos.

Así, la próxima vez que te cruces a una persona en esa situación, podes darle un paquete de arroz, fideos, azúcar o una bolsa con algunas prendas de ropa (una remera menos en un armario no va a ser la diferencia, pero te va a hacer sentir en cada de estos gestos que hagas, un inmenso amor que se llena en tu alma, y se reflejan en los ojos de la persona que lo toma)

Entonces sabemos que están todos los días, ahí esperándonos…

Asique la próxima vez…¿qué harías?

 

Caricias del Alma