Estamos comenzando el Mes de la Biblia, donde somos invitados a profundizar mas en las maravillas que contiene la Palabra de Dios. Desde pequeña soy amante de los libros, pero sin dudas el Libro de los Libros es La Santa Biblia, porque es Palabra de Dios, Palabra viva que inspira y foretalece las acciones.
Cuando me estaba preparando para la Confirmación empecé a proclamar la Palabra en la Misa, pero mi Vida se transformó cuando la presencia de la Palabra me llevó a empezar a escribir de puño y letra y por inspiración del Paráclito los guiones de Misa: mi mamá y su amiga no podían relacionar las Lecturas con lo que abordaba el día de San Blas la Novena de Lourdes; yo oré al Espíritu Santo, lei la Biblia y empecé a escribir y así fue durante mas de 10 años: Luego apareció en mi Vida la Acción Católica, allí una de las actividades es hacer Lectio Divina, que te hace gustar aun mas la Palabra de Dios. Como había cambiado de Parroquia tuve esperar a que convocaran a nuevos Lectores para volver a leer en Misa; y grandes responsablidades me han tocado este año: tuve la Gracia de leer la Primera Lectura representando a la Acción Católica en la Misa Crismal y ahora me tocará cumplir la misma función en la Fiesta Patronal Diocesana.
Cada vez que debo proclamar la Palabra mi corazón desborda y se eleva, si canto la antífona del Salmo, siento que no soy yo ¡Me emociono! ¡Amo leer! Pero no estoy sola en la emoción: mi mamá leia y hacía guiones mucho antes que yo y también siente una profunda emoción cuando debe leer.
Así leemos y tratamos de vivir cada día la Palabra, aunque seamos voces proclamando en el desierto, a alguien contagiaremos, así juntos la Palabra de Dios anunciaremos.