Hoy celebramos a Santa Madre Teresa de Calcuta, canonizada por el Papa Francisco quien la ofreció a los voluntarios de todo el mundo como su patrona: “Hoy entrego esta emblemática figura de mujer y de consagrada a todo el mundo del voluntariado: que ella sea su modelo de santidad”.
“De sangre soy Albanesa, de ciudadanía india, por mi vocación pertenezco al mundo entero, pero mi corazón pertenece por completo a Jesús” decía de sí misma la Madre Teresa de Calcuta. Respondiendo al llamado de Dios que sentía en su corazón y que le decía “Ven se mi luz”, fundó la congregación de las Misioneras de la Caridad en Calcuta en 1950. Durante más de 45 años atendió a pobres, enfermos, huérfanos y moribundos, mientras su congregación crecía en toda la India y luego en otros países del mundo.
Tras analizar sus obras y logros, el papa Juan Pablo II dijo: «¿Dónde encontraba la Madre Teresa la fuerza y la perseverancia para ponerse totalmente al servicio de los demás? En la contemplación silenciosa de Jesucristo, su Santo Rostro, su Sagrado Corazón». Menos de dos años después de su muerte, a causa de lo extendido de la fama de santidad de Madre Teresa y de los favores que se le atribuían, el Papa Juan Pablo II permitió la apertura de su Causa de Canonización. Fue beatificada en el año 2003 por el “Papa Viajero” con quien había compartido encuentros y una gran amistad.
Fue un alma llena de la luz de Cristo, inflamada de amor por Él y ardiendo con un único deseo: “saciar su sed de amor y de almas”. La Madre Teresa de Calcuta sigue irradiando su luz al mundo. Ella nos enseñó el valor de las pequeñas cosas hechas con fidelidad y con amor. Te damos gracias Señor por su vida entregada y te pedimos que aumentes nuestra fe y caridad.