Evangelio según San Lucas 5,1-11

miércoles, 6 de septiembre de
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En una oportunidad, la multitud se amontonaba alrededor de Jesús para escuchar la Palabra de Dios, y él estaba de pie a la orilla del lago de Genesaret. Desde allí vio dos barcas junto a la orilla del lago; los pescadores habían bajado y estaban limpiando las redes. 

 

Jesús subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que se apartara un poco de la orilla; después se sentó, y enseñaba a la multitud desde la barca.  Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: “Navega mar adentro, y echen las redes”. 

 

Simón le respondió: “Maestro, hemos trabajado la noche entera y no hemos sacado nada, pero si tú lo dices, echaré las redes”. 

 

Así lo hicieron, y sacaron tal cantidad de peces, que las redes estaban a punto de romperse. 

 

Entonces hicieron señas a los compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: “Aléjate de mí, Señor, porque soy un pecador”. 

 

El temor se había apoderado de él y de los que lo acompañaban, por la cantidad de peces que habían recogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y a Juan, hijos de Zebedeo, compañeros de Simón. Pero Jesús dijo a Simón: “No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres”. 

 

Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron. 

 

 

Palabra de Dios

 


 

P. Cristian Salomón sacerdote de la Arquidiócesis de Rosario

 

Jesús sigue convocando multitudes deseosos de escuchar la Palabra de Dios. El Señor sigue enseñando, atento y disponible para quienes lo necesitan y necesitando o mejor dicho, aún pidiendo ayuda a algunas personas para que su Palabra se escuche mejor, es por eso que sube a la barca de Simón, y enseña desde allí.

 

No sólo enseña sino que también después dice a Simón, “Navega Mar adentro y echa las redes” y Simón a pesar de de la experiencia de no pescar nada, durante la noche, le dijo, “En tu palabra echare las redes” y para asombro y alegría de Simón la pesca fue tan grande que tuvo que pedir ayuda a otros por lagran cantidad que habian pescado, generando en Simón este reconocimiento de Jesús, “Alejate de mi Señor, porque soy un pecador”

 

Dos actitudes y gestos me gustaría compartir con ustedes de la Palabra: La atención y disposición de Jesús, para con la multitud, así como también su atencíón y manifestación para con Simón que después de haber trabajado toda la noche, supo estar disponible, poniendo su barca al servicio de Jesús, dándole una pesca abundante, fecunda.

 

La actitud generosa y disponible de Pedro, que a pesar de, pone a disposición del Señor, su Barca, su vida, para que otros puedan escuchar la Palabra y su disponibilidad para navegar mar adentro, confiado o abandonado en el pedido de Jesús.

 

Cuando a pesar de nuestros fracasos, cansancios y tareas cotidianas, seguimos poniendo al servivio de Jesús nuestra vida, nuestra Barca para escuchar y que otros escuchen y reciban su Palabra, cuando como Simón podemos seguir echando las redes, navegando mar adentro, cuando en su Palabra confiados o abandonados la seguimos remando, el Señor, que siempre esta atento, hace fecunda nuestra vida, llenándola de Vida, de frutos, vida Plena.

 

Que bueno poder hoy agradecer a Jesús su disponibilidad y atención para con cada unos de nosotros, estando siempre atento y dándonos aquello que necesitamos, que bueno y fecundo será, el no desfallecer, sino seguir poniendo a su disposición nuestra Barca, nuestra Vida, para que otros puedan escuchar su Palabra, para que nuestra vida encuentre plenitud y fecundidad en Él.

 

Navega Mar adentro y echa las redes, en Tu Palabra echare las redes… Que tengas lindo día, Dios te bendiga.

 

 

 

Oleada Joven