No sé que pretende, ni que se propone,
intento entenderlo tanteando razones.
Más algo no dudo, es más que evidente
estoy tan seguro, es Él que me tiene.
Él no me suelta, me tiene aferrado.
Él no se aparta, se queda a mi lado.
Me tiene en sus manos.
Él no se irrita, conoce mis miedos.
Él no lo olvida, yo soy su pequeño.
Será su insistencia, su santa paciencia, que Él no se retracta, es fiel a promesas.
A veces me duele porque no me suelta,
más se que en sus manos mi vida está puesta.
Me tiene en sus manos…
Pablo Martínez