Jesús, a menudo me siento bajo presión. Todos quieren algo de mí.
Tienen expectativas en relación conmigo que yo no puedo cumplir.
Estoy bajo presión cuando los otros me reprochan algo que no es cierto.
Siento mi impotencia para defenderme. Se me ataca y no sé en absoluto porqué.
Aún cuando me diga que es un problema de los demás, me siento herido.
Y sencillamente no puedo olvidar esos ataques. Siguen presentes en mí.
Si me pongo a rezar, vuelven a aflorar en mí esas palabras ofensivas.
Jesús, libérame de todas las palabras, de todas las miradas,
de todos los gestos de rechazo que me persiguen.
Haz que halle en ti descanso y paz.
Cuando estás totalmente en mí, y yo me abandono a ti con todo el corazón,
experimento entonces la verdadera libertad.
Pero siento que yo no puedo generar por mí mismo esa libertad.
Regálame Jesús la libertad, así podré vivir libre y sin miedo. Amén.
Anselm Grün