Santidad hoy

jueves, 21 de septiembre de

La palabra santidad es un título grande para muchos, escuchar la palabra santo trae consigo muchas dudas, pensamientos y comentarios… antes -no hace mucho- tampoco dimensionaba que es lo que esta palabra “santidad” escondía, capaz y para mi y muchos otros es imaginar a personas que llevaron una vida apartandose del ruido del mundo y concentrándose en el silencio y la adoración a través de una vida contemplativa y otros tal vez compartiendo la alegría de la misión llevando a cada continente a aquel que nos amó primero.

 

Buscando, leyendo y releyendo terminé de hojear las páginas del pequeño librito Santidad hoy del Padre Antonio Cosp.— pequeño solo de adjetivo.- porque la riqueza que revela cada palabra responde a eso que en verdad no esta oculto, camina con nosotros y la vivimos todos los días….la santidad en la vida diaria.

 

 

¿Y qué es la santidad en la vida diaria?

La santidad en la vida diaria es lograr un equilibrio con Dios, el trabajo, las cosas, la creación, el dolor y las personas en todas las circunstancias de la vida, es decir vivir una estrecha vinculación a Dios, al prójimo y a las realidades creadas. Se va creando así una armonía entre la inteligencia, la voluntad y afectividad. El que tiene como centro al Padre, vive santamente y en armonía con todo lo creado y con las personas. Por eso está siempre alegre.

 

Esta santidad no es una santidad de domingo, de uno de los siete días de la semana, cuando suenen las campanas y la gente viste ropa dominguera. No; la santidad en la vida diaria es la santidad de los otros seis días, cuando no hay atmósfera festiva, cuando hay que realizar el trabajo común rutinario. El que vive su santidad le imprime el sello a todo lo que hace: a sus alegrías y penas a sus trabajos y descanso, a su oración, a su conversación a su caminar. Todo lo hace por amor y extraordinariamente bien. Santidad hoy, P. Antonio Cosp.

 

 

 

Ya lo decía Santa Teresa de Calcuta.

“Lo que tú haces yo no puedo hacerlo, y lo que yo hago tú no puedes hacerlo, pero juntos estamos haciendo algo hermoso para Dios, y esa es la grandeza de Dios por nosotros: darnos la oportunidad de ser santos a través de las obras del amor que realizamos, porque la santidad no es el lujo de unos pocos. Es una tarea sencilla para ti, para mí; tú en tu lugar, en tu trabajo, y yo y los demás, cada uno de nosotros, en el trabajo, en la vida es donde hemos prometido honrar a Dios (…) Tu debes llevar tu amor por Dios a la vida”.

 

Nuestra santidad consiste en llevar siempre presente que tenemos un amigo que se manifiesta en el día a día y que espera nuestra respuesta de amor. El, manifiesta su presencia en las personas, las cosas, incluso en el sufrimiento. Nuestra respuesta a sus regalos al inicio de cada día es estar atentos y hacerlo todo con alegría hasta las mas pequeñas cosas que nos tocan cargar.

 

Que nuestros conocimientos y capacidades no queden sin fruto para la vida porque ahí donde ahora estas EL te quiere santo.

 

 

Gilbert Sanabria Ravinovich