Evangelio según san Lucas 8, 16-18

viernes, 22 de septiembre de
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Jesús dijo a la gente:

 

No se enciende una lámpara para cubrirla con un recipiente o para ponerla debajo de la cama, sino que se la coloca sobre un candelero, para que los que entren vean la luz. Porque no hay nada oculto que no se descubra algún día, ni nada secreto que no deba ser conocido y divulgado.

 

Presten atención y oigan bien, porque al que tiene, se le dará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que cree tener.

 

 

Palabra del Señor

 


 

P. Javier Verdenelli sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba

 

El evangelio de hoy nos trae tres pequeños dichos de Jesús. En el contexto en que Lucas coloca la primera frase sobre la lámpara encendida, se refiere a la explicación que Jesús dio de la parábola de la semilla (Lc 8,9-15). Es como si dijera: las cosas que acabás de escuchar, no debés guardarlas para vos, sino que tenés irradiarlas a los demás. Un cristiano no debe tener miedo a dar testimonio e irradiar la Buena Nueva. La humildad es importante, pero es falsa la humildad que esconde los dones de Dios, dados para edificar la comunidad (1Cor 12,4-26; Rom 12,3-8).

 

En la segunda frase de Jesús, en la que todo será conocido, de acuerdo con el contexto que fue puesto por Lucas, también se refiere a las enseñanzas que Jesús dio en particular a sus discípulos (Lc 8,9-10). Los discípulos no pueden conservarlas para sí, sino que deben divulgarlas, porque forman parte de la Buena Nueva de Dios que Jesús nos trae.

 

Y finalmente en la última frase, en aquel tiempo había muchas ideas preconcebidas sobre el Mesías que impedían a la gente el que entendiera de forma correcta la Buena Nueva del Reino que Jesús anunciaba. Por eso Jesús pide a los discípulos que tomen conciencia de las ideas preconcebidas con que escuchan la enseñanza que él les ofrece. A través de esta frase de Jesús, Lucas está diciendo a las comunidades y a todos nosotros: “¡Presten atención a las ideas con que miran a Jesús!” Si yo pienso que el mesías ha de ser un rey glorioso, no voy a entender nada de lo que Jesús enseña sobre la Cruz, sobre el sufrimiento, la persecución y el compromiso, y hasta voy a perder aquello que yo pensaba poseer.

 

Uniendo esta tercera fase a la primera, se puede concluir lo siguiente: quien quiera quedarse con lo que recibe, sin compartirlo con los demás, pierde aquello que tiene, porque perderá la vida.

 

 

Para la reflexión personal

 

• ¿Tienes experiencia de ideas preconcebidas que te impiden percibir y apreciar en su justo valor, las cosas buenas que las personas hacen?

 

• ¿Te has dado cuenta de las ideas preconcebidas que están detrás de ciertas historias, anécdotas y parábolas que las personas cuentan?

 

 

 

Oleada Joven