Jesús, con propósito lleno de amor, hoy me someto totalmente a Tu santa voluntad, oh Señor, y a Tus justísimos designios que para mí son siempre los más bondadosos y llenos de misericordia, aunque a veces no los comprendo ni puedo penetrarlos.
Oh Maestro mío, heme aquí, yo, confiándote completamente el timón de mi alma, guíala según Tu divina complacencia.
Me encierro en Tu compasivo Corazón que es un mar insondable de misericordia.
Sor Faustina Kowalska