Cuando comenzamos una relación de pareja y empezamos a conocernos, muchas veces aparecen temas en los que no estamos deacuerdo; entre ellos la fe puede ser un aspecto. La vida interior de las personas es fundante, y el vínculo de pareja va pidiendo mayor conocimiento del otro. ¿Cómo hacemos cuando no compartimos la fe? ¿puede ser un motivo de ruptura en la pareja?.
Conversamos con el P. Pedro Torres, sacerdote de la Arquidiócesis de Córdoba. El diálogo giró en torno al desafío de vincularse con el otro por más que piense distintos y las riquezas que se pueden obtener de esa relación. Muchas veces por inseguridad o por un mal entendimiento de la fe, la persona se cierra a la posibilidad de conocer a otra persona con una vivencia religiosa diferente.
Sin embargo, los valores del evangelio están presentes en toda la creación, mucho más allá de los confines de la Iglesia. Es importante animarse a descubrir cuál es el proyecto de vida que Dios pensó para cada uno; quizás pueda estar en los planes de Dios el no compartir la fe con la persona que pensó para que camináramos juntos. Ahí está el desafío, en amar al otro como es y sin querer cambiarlo. Eso no significa que no tengamos que exponer lo que creemos, pero fundamentalmente es vivir lo que creemos el mejor testimonio que podemos dar para que otros descubran el mensaje de Jesús.
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