No amemos de palabra sino con obras ¿Y vos qué vas a hacer?

jueves, 16 de noviembre de

I Jornada Mundial de los Pobres

 

¿Y tú, ¿Qué vas a hacer?

 

¡Qué tal Amigos de Oleada Joven! ¿Como van las cosas? ¡Me da gusto volverlos a saludar!

 

El año pasado, en la solemnidad de Cristo Rey, concluimos el Jubileo de la Misericordia, y el Papa Francisco en el documento que escribió con motivo del cierre de este año, decretó, que el domingo anterior a la Solemnidad de Cristo Rey se celebre la Jornada Mundial de los Pobres, este año la celebraremos este domingo, 19 de noviembre.

 

Como ya lo he mencionado en el título, hablemos de esta nueva Jornada Mundial, que en este año celebraremos por primera vez. Cuando leía el documento que escribió Francisco surgía en mí una duda ¿Cómo se celebrará esta jornada? y alguien me respondió al externarle la duda: y tú, ¿que vas a hacer? en ese momento se me ocurrieron un montón de actividades para realizar con el grupo juvenil y los distintos grupos que eran atendidos por la comunidad.

 

Más allá de hacer grandes actividades y ese día poner en la iglesia imágenes de personas pobres y necesitadas, creo que es buscar hacer un estilo de vida, buscar a los pobres un día y darles una despensa será como querer llenar un pozo con un vaso de agua. 

 

El lema que el Papa ha dado a este evento No amemos de palabra sino con obras” ya nos propone un gran ideal, y como él lo dice en el mensaje que escribió con este motivo:

 

“Si realmente queremos encontrar a Cristo, es necesario que toquemos su cuerpo en el cuerpo llagado de los pobres, como confirmación de la comunión sacramental recibida en la Eucaristía. El Cuerpo de Cristo, partido en la sagrada liturgia, se deja encontrar por la caridad compartida en los rostros y en las personas de los hermanos y hermanas más débiles. Son siempre actuales las palabras del santo Obispo Crisóstomo: «Si queréis honrar el cuerpo de Cristo, no lo despreciéis cuando está desnudo; no honréis al Cristo eucarístico con ornamentos de seda, mientras que fuera del templo descuidáis a ese otro Cristo que sufre por frío y desnudez» (Hom. in Matthaeum, 50,3: PG 58)”

 

El reto es que nos propongamos vivir esto, encontrarnos con Cristo en las realidades dolorosas de la vida, en las cuales vamos encontrando vida, gozo, esperanza para nosotros mismos. Y no solo hacer planes y preparar eventos, sino lograr hacer de este momento el inicio de un estilo de vida: buscar a Jesús en el más pequeño, en el más necesitado de nuestros hermanos, llevandóles a ellos alegría, paz, gozo, esperanza, es decir: llevandóles a Jesús.

 

Te invito a que junto con algunos de tus amigos hagan suyo el propósito de hacer una actividad concreta: ir a jugar fútbol con los niños de una casa hogar, visitar un ancianato, buscar un habitante de calle e invitarl a comer. Hay muchas cosas para empezar a vivirlo.

 

Y tú, ¿qué vas a hacer?

 

 

Ernesto Camarena Báez