Ser atraídos por el Amor

jueves, 30 de noviembre de
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Las almas sencillas no necesitan usar medios complicados. Y como yo soy una de ellas, una mañana, durante la acción de gracias, Jesús me inspiró un medio muy sencillo de cumplir mi misión. Me hizo comprender estas palabras del Cantar de los Cantares: ‘Atráeme, y correremos tras el olor de tus perfumes’.

 

“¡Oh, Jesús!, ni siquiera es, pues, necesario decir: Al atraerme a mí, atrae también a las almas que amo. Esta simple palabra, ‘Atráeme’, basta. 

 

Lo entiendo, Señor. Cuando un alma se ha dejado fascinar por el perfume embriagador de tus perfumes, ya no puede correr sola, todas las almas que ama se ven arrastradas tras de ella. Y eso se hace sin tensiones, sin esfuerzos, como una consecuencia natural de su propia atracción hacia ti. Como un torrente que se lanza impetuosamente hacia el océano arrastrando tras de sí todo lo que encuentra a su paso, así, Jesús mío, el alma que se hunde en el océano sin riberas de tu amor atrae tras de sí todos los tesoros que posee…”

 

 

 

(…) ¡Atraeme tú! Todos nosotros deseamos seguirte: lo inspira la dulzura de tus perfumes. Mas no podemos correr como tú: atráenos de tal modo que, sostenidos por tu ayuda, podamos seguir tu ejemplo. Si tú nos arrastras a tí, también nosotros correremos entonces y saborearemos los efluvios espirituales de tu rápida carrera. A quien está sostenido por tu mano se le quita todo peso embarazoso, y sobre él se derrama el óleo que curó las heridas del que había sido asaltado por los bandidos. No te parezca temeraria el alma que dice: “Vengan a mí todos los que están agobiados y cansados que yo los aliviaré”. Él nos atrae gustosamente, para que no nos quedemos atrás cuando lo seguimos”. 

 

 

Santa Teresita del Niño Jesús  

 

Oleada Joven