Temer a Dios es verlo siempre presente y tomar nuestras decisiónes delante de Él.
El que sabe que Dios está cerca teme ofenderlo porque conoce su amor y su fidelidad. Temer a Dios significa respetarlo y preferirlo ante todo, se opone a temer lo que “dirán los demás”.
El que teme a Dios da más importancia a lo que dice Dios y a lo que promete, pues tiene certeza de que es el ¡Dios de las verdades!