Once: La belleza de encontrarse con alguien

jueves, 8 de febrero de
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Enamorarse no siempre supone llegar a entablar una relación con alguien, creo que a todos nos ha pasado alguna vez el “no ser correspondidos” ¿Pero qué pasa cuando existe una conexión entre los sentimientos de ambos? El amor no siempre llega de la misma forma.

 

Hago esta introducción luego de ver una película no muy conocida (aunque su director es de mis favoritos), que no ostenta una gran producción, pero que guarda la sencillez de una belleza muy real, de las que traspasa la pantalla. Se trata de un film de John Carney, llamado ONCE (Una vez). 

 

Esta peli del 2007, tiene como protagonista a un cantante y compositor, Glen Hansard, quien toca sus canciones por las calles de Dublín, cuando no está trabajando en la tienda de su padre. Durante el día, para ganar algún dinero extra, interpreta conocidos temas para los transeúntes, pero por las noches, toca sus propios temas en los que habla de cómo le dejó su novia. Aunque él piensa que nadie lo escucha entonces, Marketa Irglova, una inmigrante checa que vende flores en la calle, se acerca a confesarle sus opiniones sobre su obra. Lo único que tienen en común es la música y el desamor. Es así como, por diferentes circunstancias algo atípicas, Glen y Marketa, acaban de improviso haciendo un dueto en una tienda de música, y será entonces cuando descubran que algo más, inevitablemente, les une… 

TRAILER

 

 

Esta pequeña película conquista desde el minuto 1, cuando conocemos al cantante y a su historia. No tardamos en enamorarnos de su voz, y entonces aparece ella, una protagonista muy original que en seguida se gana el aprecio del espectador, dejando entrever lo humano de sus emociones.

 

Es un film para disfrutar, para emocionarse, un viaje musical que conmueve y enseña que hay personas que, de repente, comparten algo más que una pasión en común con nosotros, sino que comparten su vida, su tiempo, sus pequeñas y grandes historias. A menudo, no seríamos como los personajes de Once, sino que ignoraríamos estas oportunidades de la vida, quizás porque estamos siempre tan metidos en nuestras cosas que no vemos bien lo que pasa al rededor.

 

Por otra parte, Once nos demuestra que se puede amar sin tener una relación, y que se puede desear el bien del otro aunque no sea con nosotros. En definitiva ¿Qué es amar si no amar al otro como a uno mismo? La felicidad, el bienestar y la sonrisa de quienes se han ganado nuestro corazón, son mucho más importante si amamos de verdad. “Amar y poseer”, concepto tan obsoleto como mezquino que, en esta peli, se ve diluído. El amor en el sentido “capitalista” queda deslucido en esta historia, que se acerca más a la esencia de un sentimiento. 

 

Puedes ver la peli aquí. ¡Que la disfrutes!

 

Ana Belén Jara