Miércoles de ceniza: Es hora de volver a casa, desde este país donde ya no hay alimento que pueda saciar mi hambre.
Miércoles de ceniza: Hora de hacer una hoguera con todo mi egoísmo y mi estupidez. Hora de reducir a cenizas mi absurda torre de Babel y bajarme a la tierra y comenzar a dar manos. Hora de quitar estorbos de mis oídos, y hacer silencio para volver a escucharte y a escucharme.
Miércoles de ceniza: Como ella, debo entrar en el horno de tu Espíritu y dejarme transformar en el cántaro que tú quieras. Aunque mi sí quedó hecho cenizas, sé que puedo renovarlo. Y quiero hacerlo, con tu ayuda.
Miércoles de ceniza: Cuarenta días para dejarme encontrar por Ti, para darme cuenta de que me esperas a la puerta de casa. Cuarenta días para pedirte perdón y ayunar de tantas cosas que me sobran y otros necesitan. Cuarenta días para escuchar más atento tu Palabra, y dejar que sea tu Pan quien me sacie y tu perdón quien me restaure.
Un poco de ceniza en el rostro me puede poner en camino de verdad: NO HAY CAMINO FUERA DE DIOS. Y hoy mismo comienzo el camino de retorno a Tu casa.
Sergio García Risco/Enrique Martínez