“¿De que te sirve ganar el mundo si para hacerlo desperdicias tu vida?
¿De qué te sirve perseguir el éxito si en el camino te dejas el corazón, los valores o la alegría?
¿De qué te sirve perseguir la belleza en un espejo, cuando la vida te espera tras una ventana?
¿De qué te sirve farfullar excusas de perfección, si quien te ama de verdad quiere abrazar tus sombras?
¿De qué te sirve coleccionar aplausos, si no comprendes que una sola caricia vale más que todlos los parabienes del mundo?
¿De qué te sirve la alfombra roja, si condce a una puerta tapiada?
¿De qué te sirve una eternidad de fiestas, si te ahogas en un instante de silencio?
¿De qué te sirve el poder si no es para servir?”
José María. R. Olaizola, sj