Me llamo María Josefina Gómez, tengo 27 años y una historia que contar.
Hace muchos años, en 1990 para ser más precisa, una mujer queda embarazada en circunstancias muy poco favorables, dado que ella ya tenía 4 hijos y el padre de la nueva criatura no era su marido, sino otro hombre.
Algunas personas le sugerían abortar, otras la amenazaban con matarla a ella y al bebé dado que había engañado a su marido, otras le aconsejaban huir y otras le recomendaban el camino de la adopción.
Ella decidió después de algunos intentos de aborto que fracasaron tener al bebé, por lo que tuvo que huir y esconderse durante un tiempo, el cual fue muy duro.
Luego de un tiempo regresa a su ciudad y decide dar en adopción a su bebé.
Realiza los tramites y poco tiempo antes de que naciera la criatura llaman a una pareja que estaba registrada en el registro de adoptantes para informarles que había una bebé para adoptar.
Esa bebé que nació en 1990 era yo.
Las circunstancias no fueron fáciles para nadie, muchas personas le decían a mi mamá biológica que un niño adoptado nunca va a ser feliz, que no valía la pena que naciera y creciera sufriendo, pero a pesar de todo ella aceptó darme a luz y darme la oportunidad de vivir y de ser feliz.
Nadie puede decir si el otro va a ser feliz o no, nadie puede determinar eso.
Toda vida merece ser vivida, amada y valorada.
No digo que no hubo dolor, lo hubo, pero ¿en que vida humana no lo hay?.
Hoy doy gracias a Dios por la valentía de mi mamá de no haberme abortado, por darme una opción.
Y doy gracias a Dios porque hace un par de años encontré a mi familia biológica y poco a poco vamos construyendo un vinculo y sanando las heridas, porque todos tenemos algo por sanar.
Yo fui adoptada, no soy adoptada.Porque adoptar es un verbo no un adjetivo. Haber sido adoptada es parte de mi historia no un adjetivo que me define o califica.
Espero que haya mas valientes que elijan la vida, que la protejan y la resguarden.
Y deseo que vos que lees esto te animes a pensar y considerar el ser adoptante, que te informes y difundas, que busques en tu ciudad o en las cercanías hogares de niños, que los visites, que los conozcas, que veas que ellos también tienen sueños y proyectos, que tienen muchas necesidades y que de seguro vos podes hacer algo por ellos, y que ellos también tienen algo para darte y enseñarte.
Abrazo en Cristo