Hijo mío, que estás en la tierra,haz que tu vida seael mejor reflejo de mi nombre.Adéntrate en mi reinoen cada paso que des,en cada decisión que tomes,en cada caricia y cada gesto.
Constrúyelo tú por mí, y conmigo.Esa es mi voluntaden la tierra y en el cielo.
Toma el pan cada día,consciente de que es un privilegioy un milagro. Perdono tus errores,tus caídas, tus abandonos,pero haz tú lo mismocon la fragilidad de tus hermanos.
Lucha para seguirel camino correcto en la vida,que yo estaré a tu lado.Y no tengas miedo,que el mal no ha de tener en tu vidala última palabra…
Amén.
(José María R. Olaizola sj)