San José – Historia
El día de San José conmemora al patrón universal de la Iglesia Católica. San José o José de Nazaret tuvo la gran responsabilidad de ser el esposo de María y asumir la paternidad terrenal de Cristo. Se sabe que era carpintero, por los primeros capítulos de los evangelios de Mateo y Lucas. Es llamado el Santo del silencio, porque en los relatos bíblicos no aparece ninguna palabra pronunciada por él; solo su fe, amor y comprensión por María y Jesús. Lo más probable es que haya muerto antes del inicio del ministerio público de Jesús, ya que de haber vivido entonces habría estado al pie de la cruz con María. De acuerdo a la costumbre patriarcal de la familia judía, San José es la cabeza de la Sagrada Familia. Es considerado el modelo de esposo y padre cristiano, patrón de los trabajadores y de la buena muerte. Su festividad se celebra cada 19 de marzo. En caso de que la fiesta caiga en Semana Santa, se adelanta al sábado anterior.
Oración a San José (I)
San José, casto esposo de la Virgen María; intercede para obtenermeel don de la pureza
Tú que a pesar de tus inseguridades personales, supiste aceptar dócilmente el Plan de Dios tan pronto supiste de él, ayúdame a tener esa misma actitud para responder siempre y en todo lugar a lo que el Señor me pida.
Varón prudente, que no te apegas a las seguridades humanas,sino que siempre estuviste abierto a responder a lo inesperado, obténme el auxilio del divino Espíritu para que viva yo también en prudente desasimiento de las seguridades terrenales.
Modelo de celo, de trabajo constante, de fidelidad silenciosa, de paternal solicitud, obténme esas bendiciones para que pueda crecer cada día más en ellas y así asemejarme, día a día, al modelo de la plena humanidad: el Señor Jesús.
Amén
Oración a San José (II)
Bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y, después de invocar el auxilio de vuestra Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente vuestro patrocinio.
Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, os tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazasteis al Niño Jesús, humildemente os suplicamos volváis benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con vuestro poder y auxilio socorráis nuestras necesidades.
Proteged, oh providentísimo Custodio de la Sagrada Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; apartad de nosotros toda mancha de error y corrupción; asistidnos propicio, desde el Cielo, fortísimo libertador nuestro en esta lucha con el poder de las tinieblas; y, como en otro tiempo librásteis al Niño Jesús del inminente peligro de su vida, así, ahora, defended la Iglesia Santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y a cada uno de nosotros protegednos con perpetuo patrocinio, para que, a ejemplo vuestro y sostenidos por vuestro auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el Cielola eterna felicidad. Amén