Evangelio segun San Juan 17, 20-26

jueves, 9 de junio de
image_pdfimage_print
Jesús levantó los ojos al cielo y oró diciendo: Padre santo, no ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. Yo les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno –yo en ellos y tú en mí- para que sean perfectamente uno y el mundo conozca que tú me has enviado, y que yo los amé como tú me amaste. Padre, quiero que los que tú me diste estén conmigo donde yo esté, para que contemplen la gloria que me has dado, porque ya me amabas antes de la creación del mundo. Padre justo, el mundo no te ha conocido, pero yo te conocí, y ellos reconocieron que tú me enviaste. Les di a conocer tu Nombre, y se lo seguiré dando a conocer, para que el amor con que tú me amaste esté en ellos, y yo también esté en ellos.
 
Palabra de Dios
 

 
P. Luis Cruz  Asesor de la Pastoral Juvenil de Santiago del Estero
 
 

Este pasaje es bellísimo, la oración sacerdotal de Jesús. Siempre nos llaman la atención estas palabras tan bonitas y tan profundas del Maestro que eleva a su Padre, donde muestra el corazón de su verdadero Padre en la persona de Jesús. Que mas podemos pedir, que el Hijo de Dios eleve una oración a su Padre por nosotros, no hay otra oración mas completa que esta: Que todos sean uno, como tú Padre estas en mi y yo en ti.
 
 
Me parece que este pedido de Jesús al Padre y esta invitación que nos hace a nosotros de también poder formar esa unidad como cristianos esa unidad como en la humanidad, en la vida, me parece que es lo mejor para que uno pueda reflejar esa presencia de Dios en nosotros, y nosotros podamos reflejar también la presencia de la humanidad en cada uno de nuestros corazones. Este pedido Jesús no lo hace con simples palabras para decir algo, sino que él vivió la alegría de la unidad, me parece que es lo mas importante que podemos remarcar hoy. El quiere que vivamos la alegría de la unidad, desde el reflejo de la Santísima Trinidad, así como yo y el Padre somos uno, que el mundo también pueda ser uno, permanezcan en esa unidad, unidad con mi hermano que es la unidad con Dios porque es la imagen y semejanza de él, me parece que desde ahí también es muy importante, unidad que también me lleva a reflejar el corazón y la presencia de Dios, unidad que me lleve a contemplar la gloria de Dios en medio de los jóvenes, me parece que también debemos reflejar esa unidad que convenza al mundo que él nos ha enviado.
 
 
¿Cuál sería nuestra oración hoy podemos elevar a Dios por nuestros hermanos, si tenemos que expresar una oración como lo expresa Jesús? Y tiene que ser desde lo que hemos vivido y deseamos que lo demás lo sientan y lo vivan, desde lo mejor que nos ha pasado a nosotros, así como Jesús que sean uno, como tú y yo somos uno…. Unidad tan perfecta, y también llena de alegría, que nos pide que también nosotros lo podamos vivir.
 
 
Creo que también nosotros desde ahí debemos expresar nuestra oración a Dios por nuestros hermanos desde lo mejor que nos ha pasado. Toda alegría que refleje vida, esa alegría que nos hace permanecer en Dios y Dios en nosotros. Si nosotros hacemos que otros experimenten esa alegría, entonces, estamos llegando al corazón de dios desde el corazón humano, estaremos haciendo que el otro permanezca en Dios como Dios permanece en el.
 
 
Que en este día el Señor nos ayude a permanecer en su Amor y en él a formar esa unidad perfecta para que como cristianos podamos también nosotros reflejar ese Amor esa propuesta de Dios a la humanidad y así entonces la humanidad crea y el mundo crea que él no ha enviado.

 

 

Oleada Joven