Jesús resucitado, ¡fija tu mirada en todo lo que hacemos! ¡Ilumínanos con tu fuerza pacificadora! Llena de amor nuestras decisiones, nuestras palabras ¡y nuestra capacidad de escuchar al otro! ¡Marca nuestra alegría, Señor, con la sonrisa de la generosidad! ¡Haz que resucitemos contigo, Jesús, renovados con el agua del Bautismo que nos permitió ser hijos de Dios!
¡Ayúdanos a buscarte y a verte en todas las situaciones que se nos presentan cada día! Danos el amor para hacer presente tu resurrección entre quienes no te conocen, entre los que piden signos evidentes o espectaculares, entre aquellas personas que sufren y están abrumadas ¡por la decepción de tener una vida difícil!
¡Pon luz allí donde las carencias materiales y espirituales desafían o comprometen la creencia en tu triunfo sobre la muerte!
¡Gracias por la vida que nos das cuando sales del sepulcro y recuperas la fuerza humana! ¡Gracias por la fe! Envíanos, buen Dios, a predicar tu paz y los detalles de tu amor entre todas las personas que se cruzan con nosotros en nuestro recorrido por la vida!
¡Aleluya! Nuestra alegría es oración. ¡Aleluya! Amén.