Evangelio segun San Juan 21, 15-19

viernes, 10 de junio de
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Después de comer, Jesús dijo a Simón Pedro: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas más que estos?". El le respondió: "Sí, Señor, tú sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis corderos".  Le volvió a decir por segunda vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me amas?". El le respondió: "Sí, Señor, sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas". Le preguntó por tercera vez: "Simón, hijo de Juan, ¿me quieres?". Pedro se entristeció de que por tercera vez le preguntara si lo quería, y le dijo: "Señor, tú lo sabes todo; sabes que te quiero". Jesús le dijo: "Apacienta mis ovejas. Te aseguro que cuando eras joven, tú mismo te vestías e ibas a donde querías. Pero cuando seas viejo, extenderás tus brazos, y otro te atará y te llevará a donde no quieras".
De esta manera, indicaba con qué muerte Pedro debía glorificar a Dios. Y después de hablar así, le dijo: "Sígueme".

Palabra de Dios

 


 

P. Ivanildo Sales Chavez  Asesor de la Pastoral Juvenil de los Agustinos Recoletos

 

 

 

Queridos amigos en este hermoso pasaje que el Evangelio nos regala en el día de hoy, Jesús nos encomienda a Pedro la suprema misión de guiar a la iglesia y de apacentar a sus ovejas; el humilde pescador, Pedro se convierte en aquel pastor de un gran rebaño, la iglesia.

Jesús le pregunta Pedro: ¿Pedro tú me amas? y así le repite tres veces la misma pregunta. En esa triple pregunta de Jesús a Pedro nos hace recordar ciertamente aquella triple negación cuando Jesús estaba por ser condenado y aquí encontramos la razón de la tristeza de Pedro luego de la tercera pregunta que Jesús le hace. Esta pregunta nos da indicio de que Jesús no necesita tanto de sus promesas, de sus energías sino que le pide amor, es decir adhesión a su persona con todo el corazón.

Lo que Jesús le reclama a Pedro es la confianza intima de que pueda poner totalmente en El y no en sus proyectos.

El corazón de Jesús sabe que un amor autentico y apasionado es capaz de generar todo lo demás, el enamorado suele hablar con valentía del ser amado, lo defiende si es necesario, es creativo, es generoso, trata con espontaneidad de agradar al ser amado, lo manifiesta ante los demás.

Podemos decir que el amor crea las condiciones para ser un buen apóstol, un verdadero enviado a dar a conocer la buena noticia del Evangelio, porque el apóstol habla de aquello que ha vivido, que ha experimentado.

Jesús le advierte a Pedro después de su confesión de amor, ese dejarse llevar por el, deberá llegar hasta la entrega total, es decir hasta las ultimas consecuencias.

El si de Pedro a Jesús ahora ya no es un entusiasmo superficial, una palabra vacía, no es fruto del enamoramiento del principio, sino que ahora su si brota de un corazón realmente convencido que sabe que sin Jesús y no es nada, no puede nada sin El, ya no sabe vivir sin El.

Ojala podamos hoy como Pedro tambien declarar nuestro amor por el Señor que una ves mas nos vuelve a golpear nuestro corazón, nos pregunta de la misma forma que le pregunto a Pedro en aquel día ¿me amas?.

Que nuestro día sea iluminado por este amor, que nuestro día sea un día lleno de luz, para que nuestros pasos sean orientados a partir de este amor del Señor. Que así sea

 

 

 

Oleada Joven