La gente dijo a Jesús: “¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo”. Jesús respondió: “Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo”.
Ellos le dijeron: “Señor, danos siempre de ese pan”. Jesús les respondió: “Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed.
Palabra de Dios
P. Raúl Gómez sacerdote de la Diócesis de Mendoza
Nos encontramos en torno a la palabra del Señor nuevamente, su palabra sale a nuestro encuentro en esta 3º semana del tiempo pascual, tiempo de alegría, de esperanza, de volver a nacer a la vida nueva del resucitado.
En este día, en este evangelio, vemos claramente esta escena bíblica donde aparece por un lado la gente y Jesús; ellos preguntan a Jesús ¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obras realizas? y ahí traen a colación todos los panes en el desierto como el Señor los alimentó y Jesús les aclara con su palabra y sabiduría que ese pan no se los dio Moisés, sino que ese pan se los dio ese Padre del cielo, el pan verdadero, el pan que da vida para el mundo y que desciende cotidianamente para nosotros; no solo el pan material sino también el espiritual que sacia nuestro hambre y sed de justicia.
Y termina el evangelio diciendo estas palabras que Jesús añade: YO SOY EL PAN DE VIDA EL QUE VIENE A MÍ JAMÁS TENDRÁ HAMBRE, Y EL QUE CREE EN MÍ JAMÁS TENDRÁ SED.
Jesús se presenta como el verdadero pan de vida, y ahí viene a nuestro encuentro y también de ahí debe surgir nuestra respuesta.
Jesús se entrega y ofrece como alimento para nosotros, también nosotros debemos ofrecernos como signos de esta comunión que Jesús nos propone.
Querido hermanos pidamos al Señor, poder reconocerlo siempre pan del cielo que baja en cada eucaristía, está presente en cada sagrario y en cada hermano que camina a nuestro lado.
Que tengan un bendecido día y semana.