¿Creer o no creer?
¿Tener fe o no tenerla?
¿Es lo mismo? Creo que no.
Tener fe tiene un poder que sobrepasa nuestros pensamientos, va más allá del horizonte, más allá de la vida.
Nos da serenidad en las diferentes circunstancias que estemos pasando. Nos da la paz de saber que nada malo puede pasar. Nos da confianza, seguridad y esperanza.
Es díficil de mantenerla. Eso nos hace humanos, luchar contra todo lo que nos rodea para que, aunque sea pequeña, nunca se apague esa llama.
Nuestra fe nos salva día a día, a veces no lo pensamos de esa manera pero es así. ¡Ese poder tiene! No es poco ¿no?
Es algo tan maravilloso e increible que no vale desperdiciarla. Dios nos da ese trabajo, de darle vida a esa fe.
Así, esa fe, que nos mueve cada segundo … se vea reflejada en los pequeños milagros del día a día