Evangelio según San Juan 16,5-11

lunes, 7 de mayo de
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En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ahora me voy al que me envió, y ninguno de ustedes me pregunta: ‘¿A dónde vas?’. Pero al decirles esto, ustedes se han entristecido. Sin embargo, les digo la verdad: les conviene que yo me vaya, porque si no me voy, el Paráclito no vendrá a ustedes. Pero si me voy, se lo enviaré. Y cuando él venga, probará al mundo dónde está el pecado, dónde está la justicia y cuál es el juicio. El pecado está en no haber creído en mí. La justicia, en que yo me voy al Padre y ustedes ya no me verán. Y el juicio, en que el Príncipe de este mundo ya ha sido condenado.”

 

 

Palabra de Dios

 

 

 

 

 


 P. Raúl Gómez sacerdote de la Diócesis de Mendoza

 

 

 

 

 

Nos encontramos en torno a la palabra del Señor, en esta sexta semana del tiempo pascual, próximos a celebrar la venida del Espíritu Santo.

En el Evangelio de Juan, Jesús habla a los discípulos y a la multitud de que es necesario volver al Padre, aunque nadie se lo haya preguntado por la tristeza de esta palabra.

Sin embargo, Jesús aclara y es muy preciso al hablar de su partida; Él dice que es necesario que vuelva al Padre para enviarles el Espíritu Santo, aquel les enseñará a ver y a conocer como es el pecado, la justicia y el juicio.

Jesús habla claramente de aquellos que les cuesta creer y reconocer en Él la esencia de Dios, por lo tanto esa es una gran ofensa, que Él ubica con el término de pecado.

Que importante es recocer a Jesús hecho hombre y el Espíritu Santo es aquel que nos guía, nos conduce y nos llena el corazón del amor de Jesús.

Que esta palabra sea motivo de esperanza para cada uno de nosotros, que podamos preparar el corazón para esta venida en Pentecostes y sobre todo que podamos salir a anunciar con alegría el reino de Dios.

Que el Señor nos acompañe a lo largo de esta jornada.

 

Oleada Joven