“Estuve muy mal durante la recuperación. Me levantaba y no quería ir al club. Llegaba y me acostaba en la camilla a dormir. Pensaba que no iba a volver a jugar al fútbol. Me miraba la rodilla y sentía que no iba a volver a ser el de antes; que no podría tirarme y volar más”, dijo Franco Armani, el actual arquero de la selección argentina de fútbol en una entrevista al medio de comunicación deportiva “El Gráfico” sobre aquella lesión que llegó en un momento clave de su carrera.
Armani llevaba dos años en Atlético Nacional, un club de fútbol colombiano donde había jugado muy pocos partidos. Cansado de esa situación le había pedido al director técnico que liberara su pase; la posibilidad de volver al deportivo Merlo se presentaba como “La oportunidad” ya que en el Atlético era segundo y hasta tercer arquero, siempre detrás del argentino Gastón Pezzutti, el titular.
Su DT iba a liberarlo, pero sucedió lo inesperado: En una final de la Superliga que el Atlético jugaba contra Junior, Pezzutti se lesionó y le tocó entrar a Armani. Ganaron 3-1 y fueron campeones. Pero Armani sufrió una rotura de ligamentos cruzados. Esa noche festejó llorando de dolor. Venía lo peor y también lo mejor. Se tenía que quedar en Colombia.
Durante su recuperación el arquero se aferró mucho a Dios. Su esposa, la modelo Daniela Rendón, fuen quien en tiempos de noviazgo, lo acercó a la religión cristiana. “Dios te va a levantar, a partir de ahora te vendrán los éxitos”, contó el arquero que le dijo una vez el pastor de la Iglesia a la que los miércoles y domingos asistian junto a Daniela: “Mi esposa es muy creyente. Al lesionarme estaba muy triste y ella me llevó a una iglesia cristiana. Me sentí muy bien y me empecé a aferrar a Dios, a creer en él y mi carrera comenzó a crecer. Volví a atajar, conseguí muchos títulos y hoy en día sigo aferrado a Dios”, dijo Armani en TyC Sports cuando se convirtió en refuerzo de River.
Armani empezó a ir a la Iglesia más asiduamente en ese duro momento de su vida: “No creía en Dios, hoy le atribuyo a la Iglesia todo lo que me empezaría a pasar en el fútbol”.
“Las cosas pasan por algo. Dios me puso esa lesión para decirme ‘no te vayas de Nacional, que vienen cosas muy buenas para vos’. Fue el camino. Fue Dios el me llevó a conseguir todo, a la posición en la que estoy. Dios tenía algo para mí”, mostró su fe Armani.
Fuente: A24.com